Diputados dominicanos están divididos con relación a la la renuncia del primer ministro de Haití, Ariel Henry: unos afirman que su dimisión no soluciona el ataque vandálico de grupos armados, otros advierten que empeora la situación por no existir una instancia de Gobierno y están los que abogan a que la comunidad internacional tome acciones para pacificar la empobrecida nación.
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Darío Zapata (Dajabón-PRM) dijo que Haití solo se pacifíca con la intervención de una fuerza. Máximo Castro (Santiago-PRSC) no cree que la renuncia de Henry garantice la paz.
Sócrates Pérez (Santo Domingo Norte-PLD), descarta que se pueda estabilizar Haití. En Haití, medios de comunicación difundieron las declaraciones del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, de que ha conseguido el desplome de la criminalidad en su país con mano de hierro contra las pandillas, proponiendo el pasado domingo «resolver la crisis de seguridad en Haití, donde se pondrá fin a la violencia relacionada con las bandas criminales.
Mientras tanto, el Gobierno de Haití (sin que se especifique la autoridad que firma la medida) anunció una nueva prórroga del toque de queda en el departamento de Occidente, así como la prohibición de toda manifestación en la vía pública, entre las siete de la tarde y las cinco de la mañana, el 11 de marzo por 72 horas renovables.