Dos de los principales ejecutivos del Banco del Progreso dijeron ayer que se sienten engañados y traicionados por el ex presidente de la entidad bancaria, Pedro Castillo, a quien acusan, además, de llevar la institución a la quiebra, tras desviar cerca de 14 mil millones de pesos, lo que provocó su destitución, el 31 de octubre de 2005.
Al hacer uso de su derecho a la palabra durante la fase final del juicio de fondo seguido a Castillo ante el Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, los empresarios Rafael Perelló y Bernard Ladurner se refirieron al sacrificio que tuvieron que hacer junto a los demás socios para poder salvar el banco.
En tanto, Castillo se declaró inocente de las acusaciones formuladas en su contra y dijo confiar en la justicia.
El ex ejecutivo bancario fue sometido a la justicia entre 2006 y 2007 tanto por la fiscalía del Distrito Nacional como por los ejecutivos de la entidad, Juan Bautista Vicini, José Diez Cabral, Miguel Barletta Morales y Andrés Gustavo Pastoriza, en adición a Perelló y Ladurner.
En la acusación están siendo demandadas las empresas Carlow Ventures, Linx Aviation, Gaviota del Sol, Tenedora Pelícano, Palmyra, Inmobiliaria Mercas, Olmist, Sociedad Costera Castiplan, Runskin, Karamsar, Kalipso Investments y Oakhill Ventures, las cuales son señaladas como propiedad de Castillo.
El tribunal presidido por la magistrada Alina Mora e integrado por Rafael Pacheco y Natividad de los Santos fijó la lectura del fallo para el jueves 5 de marzo. En el conocimiento del proceso, el Ministerio Público estuvo a cargo de la procuradora adjunta Laura Guerrero y los fiscales Francisco Polanco y Ninoska Cossio.
En tanto, la parte civil constituida estuvo representada por los abogados Francisco Alvarez Váldez, Francisco Alvarez Aquino y Olivo Rodríguez Huertas, entre otros. Mientras el consejo de defensa fue encabezado por Jorge Luís Polanco y Luz Díaz Rodríguez.
Ejecutivos. Perelló dijo que Castillo traicionó la confianza depositada en él por el consejo de directores, sólo por llevar una vida fastuosa, una vida con más lujos que cualquiera de los socios.
En tanto, Ladurner, de 80 años, dijo que sacrificó sus ahorros de 50 años de trabajo, además, de vender algunas propiedades que había heredado para salvar el banco..
La clave
Fijan lectura
El tribunal se reservó el fallo y fijó la lectura íntegra de la sentencia para el jueves 5 de marzo, a las 10 de la mañana. Castillo es acusado de estafa, robo agravado, abuso de confianza, administración fraudulenta de fondos, violación de leyes como la de Mercado de Valores, la Monetaria y Financiera, y Lavado de Activos, entre otros, cargos. La parte civil y el Ministerio Público pidieron al tribunal condenar a Castillo a 20 años de prisión y al pago de indemnizaciones y multas como justa reparación por los daños ocasionados.