Hoy 
El director del hospital Luis Eduardo Aybar desmintió que ese centro de salud esté en emergencia, como fue declarado esta semana por directivos del Colegio Médico Dominicano (CMD).
A continuación el texto de la carta:
Es penoso que algunos médicos de este hospital antepongan sus intereses políticos y personales por encima del prestigio del hospital donde trabajan y que el Colegio Médico se deje sorprender por sus alegatos.
E insiste, aunque es cierto que por motivo de las subvenciones atrasadas, que coincidió con una reducida entrega por parte del Seguro Nacional de Salud (Senasa), el hospital confrontó problemas de escasez, no es menos cierto que rápidamente fueron repuestas y que esos médicos continuaron diciendo que no existían esos insumos, cuando sí estaban. El director del centro, asegura que el hospital recibió dos de sus subvenciones atrasadas y que las carencias terminaron.
Los problemas de la planta física no son tan fáciles de corregir y tienen años así. Entonces, por qué es ahora que se sacan a relucir y se toman como excusa para declararlo en estado de emergencia.
Sin embargo, a pesar del desprecio de algunos médicos por su hospital, el prestigio de este continúa elevándose, pues cómo se explica que un hospital en estado de emergencia, no registre una sola muerte por dengue este año, a pesar de atender cientos de casos que llegan de todo el país.
Se pregunta, cómo es posible que un hospital en estado de emergencia tenga cada vez mayor cantidad de partos.
Es que el público sabe que el estado de emergencia es pura politiquería y por eso continúa acudiendo al hospital en busca de atención médica, señala el pediatra. Por otra parte, es inexplicable que el CMD que está preocupado por la calidad de la atención médica que reciben los pacientes, no haya implementado una política de certificación y recertificación médica, para asegurarse de que la población reciba atención de acuerdo a los avances que se van efectuando en esta profesión.
El Colegio Médico continua como si fuera la vieja AMD que lo engendró y los que luchamos por ella soñábamos que fuera un colegio, estamos defraudados. Julio Rodríguez Grullón.
