Noruega. — Mientras existan las bombas atómicas es inevitable un desastre, aseguró el sábado la directora de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), una coalición que ganó el Premio Nobel de la Paz de este año.
“Nos enfrentamos a una clara elección en este momento: el fin de las armas nucleares o nuestro propio fin”, aseguró Beatrice Fihn en una conferencia de prensa en el Comité del premio Nobel de Noruega.
“Un berrinche impulsivo, una escalada militar calculada, un terrorista o un ciberataque o un accidente por completo: veremos el uso de armas nucleares a menos que sean eliminadas”, advirtió Fihn.
“Estas armas no nos hacen seguros, no son un elemento disuasorio, solo incitan a otros Estados a perseguir sus propias armas nucleares. Y si ustedes se sienten intranquilos con Kim Jong-un teniendo armas nucleares, entonces no se sentirán cómodos con las armas nucleares. Si no están tranquilos con que Donald Trump tenga armas nucleares, entonces no se sentirán cómodo con las armas nucleares”, aseguró Fihn.
La ICAN, que agrupa a más de 450 organizaciones, fue una fuerza impulsora de un tratado internacional para la prohibición de las armas nucleares que se aprobó este año. Hasta el momento, 53 países lo han firmado, pero solo tres lo han ratificado. El tratado necesita ser ratificado por 50 gobiernos para entrar en vigor.
Ninguna potencia nuclear ha firmado el tratado. Tres grandes potencias nucleares _Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia_ han dicho que no enviarán a sus embajadores a la ceremonia de entrega de premios Nobel el domingo en la capital noruega.
Satsuko Thurlow, sobreviviente del bombardeo atómico de Hiroshima, quien aceptará el premio junto con Fihn, dijo que “no estaba demasiado sorprendida” por el desaire diplomático.
“No es la primera vez que se comportan de esa manera… intentaron de muchas maneras diferentes sabotear o desacreditar lo que intentamos hacer”, agregó. “Tal vez esto indique que están molestos por el éxito que hemos tenido hasta ahora”.
La ICAN colocó el sábado 1.000 grullas de papel rojo frente al Parlamento noruego. Las aves fueron creadas por niños en Hiroshima, lugar donde se produjo el primer ataque con bomba atómica del mundo en 1945.