Dirigencias política y empresarial

Dirigencias política y empresarial

No quisiéramos convertirnos en pitonisa, sin embargo, la descomposición social que se vive en los momentos actuales, no presagian un futuro promisorio para la República Dominicana, pese a los anuncios de bonanzas del gobernador del Banco Central, licenciado Héctor Valdez Albizu.
El desorden se ha institucionalizado en el país: la criminalidad y la delincuencia arropan todo el territorio nacional, pese a las declaraciones de autoridades que aseguran la delincuencia ha disminuido.
El desorden es tal que los motoconchistas han implantado “un terror sicológico”, y parece que los agentes de la Autoridad Metropolitana de Tránsito (AMET), les temen, ya que usted puede venir caminando por la acera y debe abandonarla para dar paso a un flamante motorista, ya que ¡ay!, si osa protestarle; “se lo comen vivo”. Son tan fieros estos señores, que no respetan semáforos en rojo, ante las miradas impotentes de los agentes.
Y esos son aspectos que sentimos “a flor de piel”; pero hay asuntos más graves, como los actos de corrupción, que nuestra justicia no tiene fuerza para contrarrestar, ya que el estamento judicial y otros poderes del Estado permanecen secuestrados, por determinados sectores políticos que parecen no darse cuenta del peligro que se cierne sobre el país.
Ninguna nación del mundo podrá subsistir por largo tiempo, sin que arribe el caos y el desorden, con el estado en que se encuentra la RD, donde no existen reglas claras, ya que no se respetan las leyes y la Constitución de la República, y los primeros que la violan, son los llamados a hacerlas cumplir. El sabio y viejo adagio reza: “La ley entra por casa”. Dios nos proteja.

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