El dirigente peledeísta Manolo Pichardo manifestó ayer que aunque son ciertas las denuncias de que su organización política atraviesa por un estado de parálisis, advirtió que buscar responsables con intención de colorear el debate con tintes grupales haría más mal que bien.
Aseguró que el llamado de atención sobre lo que ocurre en el PLD debe ir dirigido a buscar soluciones, no a profundizar los males que afectan al partido y que se expresan en desmonte total de la organización, en abandono de la formación, la disciplina y el respeto a las normas establecidas.
Pichardo, quien es diputado al Parlamento Centroamericano (Parlacen), dijo que parte de los males que afectan a la organización tienen su origen en las prácticas grupales que han burlado de forma sistemática las reglas institucionales que deben normar la vida partidaria.
«Es cierto que hay problemas, pero no podemos apostar al caos para obtener beneficios personales o grupales que a la larga afectarán al partido de cara a los comicios que se avecinan, porque incluso los que creen que con ello se benefician, estarían matando sus aspiraciones futuras», indicó.
Estimó que la tarea inmediata es movilizar al PLD para discutir sobre los males que lo afectan y poner freno a la crisis.
«No comencemos a señalar culpables para favorecer tal o cual proyecto interno, pues las acusaciones traerían contraacusaciones que devendrían en problemas de mayores dimensiones», previó.
Al igual que Pichardo dicen estar preocupados por esa situación Miguel Andújar, Alejandrina Germán, Euclides Gutiérrez, Luis Inchausti, Domingo Páez y Charlie Mariotti.