Dirigentes empresariales en política

Dirigentes empresariales en política

La frustración de la población con las ejecutorias de los políticos que tradicionalmente han incidido en la vida pública, justifica que nuevos actores se decidan por apoyar proyectos y programas nuevos que se comprometen con las aspiraciones de las personas, proyectándose, de esta forma, como referentes positivos, responsables y transparentes con los que se insertan en una carrera hacia el desarrollo y la competitividad.

Es por esto que valoramos el hecho de que dirigentes empresariales que por décadas han hecho propuestas serias, transparentes y éticas se hayan decidido a salir de su escenario para, desde el ámbito político partidario, contribuir con sus experiencias y convertirse en referentes moral que frene la voracidad y la dispersión de los recursos nacionales.

La trayectoria de dirigentes empresariales como el Dr. Antonio Isa Conde, Ernesto Vilalta, Ignacio Méndez, César Nicolás Penson, Manuel Cabrera, entre otros, es garantía de que su participación en la política de partido ayudará a adecentarla y contribuirán de manera efectiva a la implementación de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END), porque en gran medida ahí están plasmadas las demandas y aspiraciones que por años han realizado y que, con ellos incidiendo en políticas públicas, presionan para que desde el gobierno se obligue a ejecutar las propuestas ya aprobadas en la END.

Sin embargo, no estamos de acuerdo con que sus propuestas críticas a aquellas políticas gubernamentales clientelares y violatorias a las leyes se abandonen en interés de no afectar a un candidato, ni mucho menos estamos de acuerdo en que entren en los debates politiqueros al comparar ejecutorias para defender la que entienda que lo hizo menos mal; las propuestas deben ser hacia lo mejor, ahí queremos ver a nuestros dirigentes: debatiendo ideas de desarrollo, impulsando la competitividad, proponiendo soluciones el problema energético, cumplimiento a la ley del presupuesto a la educación, velando por el correcto uso de los recursos del Estado, entre otros; el otro debate, nuestros dirigentes deberían dejarlo a los jefes de campaña y a los políticos que desde la oposición critican al gobierno, para cuando les toque su turno posiblemente hacer exactamente lo que criticaron y naturalmente adicionando su “sello personal” que les garantiza un trofeo mayor. De esta forma frustran las aspiraciones del pueblo y alejan el talento y las ideas del debate para “brillar” y perpetuarse en el escenario político de la nación creyéndose imprescindibles.

El país necesita avanzar, y sin política seria desde el Estado son casi inútiles los esfuerzos que del sector empresarial podamos plantear y promover: No es suficiente con los discursos de coyuntura, este pueblo requiere inversiones sustanciosas y permanentes en educación que erradiquen el nivel de ignominia y marginalidad, se debe ver hacia el campo para poner a parir la tierra con programas de inclusión social que compense a quien trabaja más que al que comercializa, se deben implementar políticas que compensen la deuda social que tenemos con los más pobres, deuda que va pareja con la carrera de préstamos que el pueblo no firma, ni recibe comisión, pero que paga. A los más necesitados se les debe crear empleos y condiciones adecuadas para que puedan comer y recibir asistencia en salud y así evitar el raquitismo que bloquea el aprendizaje; necesitamos que los organismos de gestión fiscal se sigan eficientizando para que todo el mundo cumpla con el deber de tributar en base a los beneficios, pero además es imprescindible que los recursos se empleen adecuadamente en las infraestructuras que nos permitan competir y no que los gobernantes usen esos recursos para prepararse para la próxima contienda electoral.

Nos llena de optimismo que personas con una dilatada presencia en la vida pública desde el sector empresarial, defendiendo la institucionalidad y haciendo propuestas de avanzada, hoy decidan someter sus ideas al escrutinio político y sé que desde una posición pública mantendrían los mismos compromisos y coherencia con que se han manejado en las empresas.

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