Organizaciones políticas y sociales de República Dominicana calificaron ayer como un “Golpe de Estado Parlamentario”, impulsado por “poderosos” la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, por parte del Senado Federal de Brasil, por alegados actos de corrupción en su mandato.

En ese orden, se pronunciaron Narciso Isa Conde, del Movimiento Fuerza de la Revolución, y el Movimiento Izquierda Unida (MIU), que preside Miguel Mejía.

El Movimiento Izquierda Unida “condena y rechaza enérgicamente el golpe de estado parlamentario-judicial, propiciado por el Senado Federal y sus auspiciadores de dentro y fuera de Brasil”.

“Esa nueva modalidad de los Toques Blandos, es una estrategia de las oligarquías y los enemigos de los pueblos en procura de detener el avance de gobiernos progresistas en América Latina y constituye un atentado contra las democracias”, sostuvo Mejía.

Refirió que la presidenta Rousseff fue separada del poder temporalmente el 12 de mayo pasado por alegatos y acusaciones que “no han podido ser probadas e incluso, por personas que están en procesos de investigación por corrupción, contra todo lo cual, ella expuso durante más de 14 horas su defensa”.

Resaltó que más de 54 millones de brasileños votaron para que “ella sea su presidenta Y hoy, 61 senadores deciden su destitución”.

Mientras que Narciso Isa Conde consideró la acción como un “golpe” de lo que calificó una mafia política y empresarial, que trata de imponer su voluntad por encima de la del pueblo, dejando atrás todos los avances democráticos experimentados por Brasil en los últimos años.

Tras cuestionar y rechazar la decisión, afirmó que hasta el momento contra Rousseff no se ha presentado ninguna prueba que demuestre que ella incurrió en actos de corrupción.