Disciplina económica para contener inflación

Disciplina económica para contener inflación

Esta administración heredó una grave crisis económica, de factura interna, con una hiperinflación, devaluación sin precedentes, descalabro en la clasificación riesgo-país, caída del producto, aumento del desempleo y la pobreza; sin embargo la combinación de disciplina fiscal y monetaria, más el cumplimiento estricto de un programa con el FMI, permitió recuperar la confianza de los agentes económicos e iniciar una rápida recuperación.

A partir del 2005 y durante tres años consecutivos, la economía ha crecido a una tasa promedio de 9.5% e inflación de 7.08%, reservas internacionales récord, tasas de interés a los niveles más bajos históricos, mejoría en variables sociales, pero esa estabilidad enfrenta un perturbador choque externo y frente a esa adversidad sigue siendo válida la misma disciplina económica. En cuanto a la política monetaria, su efectividad ha sido tal que a pesar del choque externo, la inflación anualizada a mayo  ascendió a 10.03%, y el estimado a junio es que cierre entre 7.0-7.5%.

Algunos críticos de las políticas del BC hablan de una grave restricción del circulante, sin embargo en esos tres años la emisión monetaria y los billetes han crecido en línea con el crecimiento nominal del producto, a tal punto que el incremento anual de la emisión monetaria a marzo de este año fue de 16.9%.

Frente a una política fiscal expansiva, especialmente por el aumento de los subsidios, la Administración Monetaria hizo lo correcto al reducir la emisión monetaria por la vía de vender reservas internacionales, de paso quitar presión al mercado cambiario, medida que conjuntamente con un aumento de dos puntos a los depósitos “overnight”, han estimulado un suave incremento en las tasas de interés en momentos en los cuales el crédito bancario a marzo estaba creciendo en 28.6% y a junio en 23%. Las medidas  del BC, elogiadas por el FMI, van dirigidas a controlar la inflación limitando el  crecimiento de los agregados monetarios, enfriar el crédito bancario y contribuir a una disminución de la demanda agregada.

La mejoría de las finanzas públicas, como ha planteado el FMI pasaría por una serie de medidas,  como colocar un techo al subsidio eléctrico, focalizar el subsidio al GLP y los alimentos, así como reducir transitoriamente el gasto en capital, mientras se asumen medidas para proteger a los sectores más vulnerables.

El ajuste fiscal, el mantenimiento de la disciplina monetaria y la localización de financiamientos externos para cerrar la brecha de la balanza de pagos permitirá a las autoridades garantizar la estabilidad a pesar del grave choque de los precios mundiales y la recesión en los Estados Unidos.

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