PHOENIX. AP. Presuntos pandilleros que simulaban ser policías detuvieron a un conductor en una carretera de Phoenix, lo mantuvieron secuestrado en una vivienda de la zona y pidieron un rescate de 30,000 dólares, al parecer en una acción perpetrada por narcotraficantes mexicanos.

 El hecho ocurrido a principios de mes al parecer fue uno de los casi 1,000 secuestros ocurridos en Phoenix en los últimos años, en una creciente ola de violencia que hizo que el gobierno nacional enviase más agentes y equipos a la frontera con México, 290 kilómetros hacia el sur.

«Es un buen paso, pero necesitamos hacer más», destacó el alcalde Phil Gordon, quien fue el que pidió ayuda al Congreso.

El gobierno de Barack Obama anunció el martes que enviará un contingente adicional de unos 500 agentes federales a la frontera, además de máquinas de rayos X y perros entrenados, a fin de combatir la violencia que se esparce hacia Estados Unidos, provocada por los carteles del narcotráfico mexicano. La secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, dijo que la medida es el primer paso y también podría enviarse la Guardia Nacional, algo que había solicitado el gobernador de Texas, Rick Perry.

 La secretaria de Estado, Hillary Clinton, viajó a   México y prometió que Estados Unidos brindará ayuda para que México combata a los carteles de la droga, en una batalla que ha costado más de 7,000 muertes en el sur de la frontera.

El envío de más agentes federales servirá para combatir la delincuencia y la inmigración indocumentada en las comunidades fronterizas. Algunos serán emplazados entre las comunidades de la zona y otros vigilarán a los conductores que ingresan a México, a fin de reducir el tráfico de armas. Las armas procedentes de Estados Unidos que ingresan a México serían las que se usan en el 95% de los asesinatos al sur de la frontera.

En el pasado, las inspecciones en la frontera se concentraban en el tráfico que ingresa a Estados Unidos, no el que sale.

Las autoridades y los residentes de las localidades a lo largo de una frontera de más de 3,200 kilómetros (2,000 millas) consideran que las medidas son un buen primer paso, una respuesta mesurada, acorde con la magnitud del problema. Pero hay quienes dicen que el envío de soldados es una exageración, que podría poner en peligro a gente inocente.

Algunos políticos de la zona sostienen que, con excepción de algunos sectores de Phoenix y Atlanta donde operan los narcotraficantes, no se percibe una expansión generalizada de la violencia generada por los carteles en Estados Unidos.

 El alcalde de San Diego, Jerry Sanders, dijo que en su ciudad no se registran casi episodios sangrientos relacionados con el narcotráfico. Indicó que en los últimos dos años hubo apenas cuatro asesinatos atribuidos a los carteles. En el sur de Texas, el alguacil del condado de Hidalgo Lupe Treviño se quejó de que los informes alarmantes de la prensa están generando un temor injustificado. «Se manejan como si esto fuese una zona en guerra», expresó. El alcalde de Laredo Raúl Salinas, cuya ciudad se encuentra frente a Nuevo Laredo, urbe mexicana que supo tener un grave problema de violencia, viajó a Washington esta semana para tratar de convencer a las autoridades de que su ciudad no es un centro de operaciones del narcotráfico. Afirmó que esa percepción le cuesta dinero a la ciudad y mencionó la cancelación de numerosas visitas guiadas con motivo de celebraciones relacionadas con George Washington.

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Phoenix sufre por  narcos de México

Phoenix es de lejos la ciudad más afectada por la violencia importada desde México. Los investigadores sospechan que algunos de los secuestros derivaron en asesinatos en los que las personas son acribilladas y sus cadáveres, atados, son arrojados al desierto, son ataques de mexicanos.

La cifra

7,000 Muertes.  La secretaria de Estado de Estados Unidos,  Hillary Clinton, viajó a   México y prometió que la administración de Barack Obama  brindará ayuda para que México combata a los carteles de la droga, en una batalla que ha costado más de 7,000 muertes en el sur de la frontera.