BERLÍN. AFP. Las primeras disculpas presentadas por la empresa alemana fabricante de la talidomida a las miles de personas víctimas de este fármaco, 50 años después de los primeros casos de malformaciones, suscitaron este sábado una ola de consternación en los países afectados por este desastre farmacéutico.
El director ejecutivo de Grunenthal, Harald Stock, declaró en un discurso el viernes que su empresa «sentía mucho» su silencio hacia las víctimas de la talidomida, un producto que se vendía en los años 1950 y 1960 a las mujeres embarazadas para calmar las náuseas durante el embarazo. «Pedimos que consideren nuestro silencio como un símbolo del impacto que nos provocó vuestro destino», dijo Stock en un discurso.
El director de Grunenthal, que dio su discurso en una sala municipal de Stolberg, en el oeste de Alemania, presentaba en esta ocasión un memorial en homenaje a las víctimas, entre las cuales algunas estaban presentes.
La pequeña escultura de bronce de una niña sin brazos y con malformaciones en las piernas, encarnaba a más de 10 mil niños que nacieron con malformaciones, o a veces sin algunos de sus miembros, después de que sus madres tomaran este medicamento vendido en unos 50 países antes de ser retirado de la venta en 1961.
El discurso del director de la firma farmacéutica fue considerado inapropiado por las asociaciones de víctimas, registradas principalmente en Alemania, Gran Bretaña, Japón, Canadá y Australia.
Freddie Astbury, consultor jefe de la asociación Thalidomide Agency UK, dijo que hubiera preferido que la empresa «acompañe sus palabras con una inversión financiera» y no únicamente un pedido de disculpas.
«Hemos aprendido que es importante establecer un diálogo abierto con aquellos que fueron afectados, hablar con ellos y escucharlos», dijo el director, asegurando que Grunenthal ayudará a las víctimas de este medicamento.
En Australia, abogados de víctimas de la talidomida, calificaron como «patéticas» e «insultantes» las disculpas de la empresa. En un comunicado, los abogados de la australiana Lynette Rowe, que llevó su caso ante los tribunales, criticaron las disculpas de Grunenthal.
«Sus disculpas son demasiado leves, tardías y llenas de hipocresía», dijeron los abogados de Rowe, que nació sin brazos ni piernas. Los abogados de la australiana recordaron también que «durante 50 años, Grunenthal estuvo implicado en una estrategia de empresa calculada para resguardarse de toda consecuencia moral, jurídica y financiera consecuencia de la negligencia en los años 1950 y 1960».
Según ellos, «explicar el largo silencio (de la empresa) como una consecuencia del impacto provocado (…) no tiene ningún sentido».
En Alemania, la asociación de víctimas del «Contergan», nombre comercial de la talidomida en ese país, calificó al discurso de Grunenthal de insuficiente.
«Expresaron arrepentimiento, pero no se disculparon por haber puesto en el mercado este medicamento, que fue vendido a mujeres embarazadas, sin haber realizado previamente ensayos clínicos», declaró a la AFP Ilonka Stebritz.
En Japón, uno de los países más afectados por este desastre, después de Alemania y Gran Bretaña, el discurso de Grunenthal también decepcionó. «Pedir disculpas es lo mínimo», declaró Tsugumichi Sato, director general de «Sakigake», un centro de ayuda social. «El número de víctimas habría sido menor si la empresa habría detenido la venta del medicamento antes», dijo Sato.