La Iglesia Católica, con sus sermones anti-boschistas en los cuarteles y su apoyo a las manifestaciones de reafirmación cristianas, así como el mal manejo del presidente Juan Bosch con los militares y sectores de poder, crearon las bases para el golpe que lo derrocó el 25 de septiembre de 1963, afirmó el periodista y escritor Miguel Guerrero.
El autor del libro El Golpe de Estado: Historia del derrocamiento de Juan Bosch, afirma que ningún otro sector trabajó tan incansablemente contra Bosch para tumbarlo como la Iglesia Católica. De hecho, precisa que esa animadversión perduró años después del golpe, como lo prueban documentos y acciones de la propia Iglesia cuando Bosch intentó en otras ocasiones ganar la Presidencia.
Además, planteó que más que el concepto de democracia de Bosch, fueron sus acciones y algunas medidas económicas las que socavaron el respaldo que lo llevó a la presidencia. Entre ellas cita la propuesta de Bosch de imponer un precio tope al azúcar para limitar las ganancias de la South Puerto Rican Sugar Company, propietaria entonces del Central Romana; su proyecto de ley sobre el latifundio, que provocó invasiones de tierra en casi todo el país, y, sobre todo, la Constitución, muy avanzada para la sociedad dominicana de la época.