Guillermo Moreno podría considerarse como uno de los aspirantes presidenciales que exhibe más arrojo y obstinación.

Ha demostrado que los fracasos electorales no detienen su propósito de transformar éticamente a la República Dominicana, aunque en el camino ya lleve cuatro derrotas consecutivas.

El excandidato presidencial del Partido Alianza País (ALPAIS) apenas obtuvo 39,458 votos, equivalentes a un 0.96%, una cantidad significativamente menor a la alcanzada en las elecciones presidenciales de 2016, en las que obtuvo 63,073 sufragios, para un 1.47%.

Moreno, abogado y exfiscal del Distrito Nacional, tiene como bandera la lucha contra la corrupción y la instauración de un modelo político en el que no predomine el poder de las élites económicas y políticas.Por los resultados electorales parecería que su discurso no conecta con los votantes, y que no logra convencer incluso a segmentos de la población que cuestionan la corrupción y la impunidad.

“En un sistema político-electoral con el nivel de inequidad como el nuestro, al margen de la propuesta, no es competitivo quien no cuente con el nivel de recursos que manejan los partidos dominantes”, publicó Moreno en Twitter el día después de las elecciones presidenciales del 5 de julio, cuyo ganador fue Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM).

Con tan bajas votaciones el futuro de AlPAIS está en juego, ya que podría perder su personería jurídica porque tampoco obtuvo cargos en las elecciones municipales de marzo pasado.
En esa contienda por ese partido sufragaron 36,658 electores, para un 1%.

Sin embargo, la tabla de salvación podría ser José Horacio Rodríguez, el candidato más votado de la circunscripción número 1 del Distrito Nacional. Su triunfo depende de la distribución de votos que se llevan a cabo a través del complejo método D`Hondt.
Lucha casi en solitario. Aunque esa realidad le golpea, Moreno participa en las contiendas electorales con pocos aliados que le sumen para alcanzar el umbral del 5% de los votos que le permitirían posicionarse como uno de los partidos mayoritarios.

En consonancia con esa lucha casi en solitario, durante la pasada campaña electoral expresó que su candidatura no tenía compromisos con sectores oligárquicos, ni con grupos corporativos.
Para los comicios de este año la única organización política que le endosó su respaldo fue Opción Democrática, de Minou Tavárez Mirabal, con la cual se fusionó.

En las elecciones de 2016 tuvo el respaldo de cuatro organizaciones que crearon la Alianza Electoral para el Cambio Democrático. Al obtener el 1.47% de los votos pudo mantener su personería jurídica.

Pero en los comicios de 2012 su candidatura no alcanzó ni un uno por ciento de los votos válidos emitidos, por lo que tuvo que iniciar un proceso para que la Junta Central Electoral le otorgara nuevamente la personería jurídica.

En las elecciones de 2008, en su primera incursión política, fue postulado como candidato presidencial por el Movimiento Independencia, Unidad y Cambio (MIUCA), una organización minoritaria con origen en los sectores sindicales.