Discurso de José L.Corripio al recibir Honoris Causa

Discurso de José L.Corripio al recibir Honoris Causa

Doctor
José Hazim Frappier
Rector Magnífico
Autoridades Académicas y Administrativas
Invitados Especiales
Apreciados Graduandos

Señoras y Señores:

No hay forma más apropiada para iniciar mis palabras que decir gracias, muchas gracias en primer lugar y con mi profundo agradecimiento al muy estimado Rector Magnífico de esta Universidad Central del Este, Doctor José Hazim Frappier y en su persona a todas las autoridades académicas y administrativas de este ejemplar centro docente con el cual desde hace tiempo he tenido mucha cercanía, aprecio y admiración por la labor que han realizado en beneficio de la juventud dominicana y en particular para la juventud de esta región del país.

Emocionado recibo esta alta distinción del Doctorado Honoris Causa en Ciencias Administrativas que me otorgan generosamente y que recibo con humildad a nombre de toda mi familia y más que como un reconocimiento lo acepto como un compromiso para hacer esfuerzos de transitar por el camino de los ideales de superación de la República Dominicana y su pueblo que desde principios del siglo pasado han acogido con tanta bondad a nuestra familia y que nos ha permitido el desarrollo educativo, social, cultural y económico.

Solo puedo corresponder parcialmente a esta distinción comprometiéndome públicamente a colaborar en todo lo que pueda ser útil y contribuir al continúo engrandecimiento de esta ejemplar Universidad Central del Este.

Se me ha indicado y con mucho agrado lo hago que dirija unas palabras a este distinguido auditorio y muy en particular a los graduandos de esta promoción que hoy completa  un proceso y culminan una etapa de sus existencias para empezar a afrontar las realidades que les ofrece la vida.

Dado que el Doctorado que se me ha otorgado es en Ciencias Administrativas, podría suponerse que mis palabras versarían sobre esta disciplina, pero dado el hecho que sobre esa materia yo he agotado previamente charlas en esta misma universidad, he considerado oportuno tratar en forma breve y sin mayores pretensiones, mis ideas sobre la educación en nuestro país.

No considero la educación como algo fácil o sencillo ni con soluciones simples; en la verdadera educación de la juventud intervienen los padres, los profesores, las escuelas, el medio ambiente, la sociedad y sobretodo los ejemplos.

La educación envuelve y resume todos los aspectos de la vida, en consecuencia comprende sin limitación, la calidad de la educación, la calidad de los servicios de salud, la calidad de los servicios de transporte, la calidad de los alimentos, la calidad de  los medios de comunicación, la calidad de los servicios públicos, la calidad del liderazgo y su disposición para embarcarse en forma prioritaria en su desarrollo, mediante la asignación de recursos inmediatos que representen un porcentaje importante del producto interno bruto para que la agenda de la educación obedezca a un plan a largo plazo, rigurosamente cumplido, independientemente de los vaivenes y de las circunstancias políticas. A mi modo de ver y a pesar de los esfuerzos en ese sentido, las condiciones cualitativas del sistema educativo dominicano no alcanzan los índices de competencia requeridos para podernos colocar en condiciones de satisfacer las expectativas que despierta en la vida nacional. La educación debe ser concebida como un compromiso colectivo de índole social y económico, responsabilidad tanto de los gobiernos como del sector privado empresarial, y para ello las  universidades y las instituciones educativas dominicanas deben prepararse para hacerse más competitivas en el mundo globalizado de hoy, con apertura de mercados una economía independiente y una marcada tendencia a la competitividad.

En consecuencia la educación debe ser colocada en orden prioritario en la agenda nacional, pues no podremos transitar el camino del desarrollo mientras esto no ocurra a plenitud, creo que ya estamos atrasados con relación a los pueblos que desde hace mucho tiempo han implementado un efectivo sistema educativo. La formación de maestros, maestros de vocación, es un requisito indispensable para el éxito de cualquier plan educativo nacional, maestros con preparación, pues se torna difícil para cualquier alumno superar la barrera limitativa que ofrecen sus profesores.

A veces confundimos la educación con la indispensable construcción de escuelas, que es un importantísimo requisito, pero educar no es solo enseñar, educar es también el ejemplo y que los maestros tengan capacidad para arraigar en el alma de sus alumnos sentimientos de amor, respeto, sentido de justicia, culto de la verdad y el valor de la moral, todo lo cual no debe considerarse como un acto delegable exclusivamente a los maestros, sino como una primaria responsabilidad de los padres en la formación hogareña que es otro de los aspectos que contribuyen negativamente a nuestros fallos educativos, si los padres se abstraen de esta importante obligación.

La realidad es que las personas pueden instruirse durante toda su vida y tal vez jamás estar educados, por eso el maestro como ente noble y de generosa vocación debe ser conciencia y luz y debe tener el compromiso firme de contribuir a la transformación social positiva de sus alumnos y por ende del país, preservando su patrimonio moral y material para legarlo mejorado a las generaciones futuras mediante la educación y el desarrollo de la cultura, la investigación. la divulgación de la ciencia y la tecnología. Hay que estar consciente que ningún país resolverá sus problemas de pobreza si antes no resuelve su problema educativo, solo un pueblo educado es capaz de progresar para establecer la democracia y la libertad, y más ahora cuando estamos asistiendo a lo que se llama la revolución del conocimiento, pero el conocimiento solo tiene valor significativo importante si sirve para promover el nivel y la competitividad de las naciones para crear oportunidades de empleo y para mejorar la condición humana.

Invito a ustedes jóvenes graduandos y a todos los presentes a que enarbolemos la bandera de la excelencia educativa y que todos brindemos nuestro apoyo para fortalecer el progreso y que ustedes contribuyan a la revolución ética de la sociedad.

Propicio es en este sentido retomar el viejo camino para que el éxito que les deseo a ustedes tenga una estrecha relación de causa y efecto con su esfuerzo, con su sacrificio, con el estudio sin desmayo y con una conducta ejemplarizadora. Que nuestra meta común sea como expreso el inmortal Víctor Hugo, cito: ¨abrir escuelas para cerrar prisiones, educar al niño para no tener que castigar al hombre¨.

Creo que durante las últimas décadas la sociedad en todo el mundo y más concretamente en nuestro país ha sufrido una revolución silenciosa, un desarrollo económico dispar con el desarrollo educativo, lo cual constituye una gran deformación, por lo cual cada día admiro más la labor de misionero con los pies sobre la tierra del querido y nunca olvidado Doctor José Hazim (padre), que tuvo la feliz y visionaria iniciativa de fundar esta ejemplar Universidad Central del Este que creíamos un sueño inalcanzable y que hoy confirma que con la voluntad y el trabajo se materializan las grandes aspiraciones del ser humano.

Aunque esta vez a diferencia de ocasiones anteriores que tuve el honor de ser invitado para conversar e interactuar en amenas charlas con muchos de ustedes queridos graduandos, no quiero concluir sin este elemental y paradójico consejo: no importa lo preparados que estén intelectualmente, pues aunque esta condición es una herramienta importante para su éxito en la vida, este último posiblemente no llegará si no viene acompañado de mucho trabajo y sacrificio.

Finalmente, concluyo mis palabras con las mismas del inicio.

Muchas gracias.
19 Octubre 2007

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