Discurso de Leonel
definirá su camino

Discurso de Leonel <BR>definirá su camino

Convencidos  de que se le agota el tiempo para las ambigüedades, tanto  seguidores como antagonistas del Presidente Leonel Fernández están esperanzados  de que en su discurso del próximo domingo 27, el Mandatario decidirá si transita o no el camino del continuismo.

También se espera que el  presidente de la República apele a algunos recursos para restar presión a la caldera social y responda a crecientes demandas e insatisfacciones como las recogidas por los obispos dominicanos en su carta pastoral con motivo de la festividad de la Independencia Nacional. 

Se le agota el margen.  El sociólogo César Pérez en su  artículo publicado el miércoles en HOY,  recoge  la convicción general de que al presidente Leonel Fernández se le está agotando “el margen de maniobra del juego reeleccionista”, presionado por factores tanto internos como externos a su propio partido.

Por esa razón son muchos, seguidores como adversarios, los que tienen la  expectativa de que Fernández  aprovechará su comparencia del próximo 27 de febrero ante las cámaras legislativas, para despejar las incertidumbres generadas por el movimiento que promueve su reelección.

La ocasión suele ser tradicionalmente  propicia para que los mandatarios definan el curso político del último año del cuatrienio gubernamental, período en que los partidos se adelantan a celebrar elecciones primarias para escoger su candidato presidencial con un año de anticipación a los comicios. El presidente Joaquín Balaguer pudo retrasar esa indicación hasta pocos meses antes de las elecciones porque nunca tuvo competencia interna y porque la Constitución no prohibía la reelección presidencial.

El discurso-informe a la nación ocurrirá cuando en el propio partido del Mandatario, el de la Liberación Dominicana (PLD), aumenta el reclamo para  que se decida sobre el clamor de sus más ardientes seguidores, de que intente una repostulación no obstante la prohibición conteniad en la nueca Carta Magna.

Fernández tiene la presión que representan seis dirigentes de su partido que aspiran a sucederlo en la candidatura presidencial. Son ellos el vicepresidente Rafael Alburquerque, Danilo Medina, José Tomás Pérez, Franklin Almeyda, Francisco Domínguez Brito y Radhamés Segura. Con la excepción de Medina, todos han expresado de alguna manera que abandonarían sus aspiraciones si el doctor Fernández decide optar por un tercer período de gobierno consecutivo y cuarto de su carrera.

Ansiedad en el PLD.  La ansiedad es creciente en el partido de gobierno donde una gran mayoría desearía que el Presidente pueda repostularse, aunque muchos reconocen que tendría que vencer el escollo constitucional. Pero cada semana son más los que advierten que el tiempo corre contra el proyecto continuista porque tanto dentro como fuera del partido se generaliza la convicción de que su suerte es incierta.

Varios de los precandidatos presidenciales peledeístas han expresado públicamente sus expectativas de que la Comisión Política decida convocar al Comité Central a más tardar en marzo, para decidir quiénes competirán por una candidatura que tradicionalmente se define en mayo, un año antes de las elecciones.

Pero esta semana hubo algo más, no sólo que Medina recordó el plazo tradicional, sino que el secretario general del partido, Reinaldo Pared Pérez, y el precandidato Franklin Almeyda asumier que Fernández además de buscar la candidatura, también será un árbitro moderador de  la elección primaria.

Pared Pérez, también presidente del Senado, respondió cuestionamientos periodísticos sobre la reciente promoción del vicepresidente  Alburquerque para la candidatura presidencial utilizando la fotografía del presidente Fernández, y rechazó que éste tenga el aval del mandatario. Llegó a decir, como lo consignaron los diarios del martes 15, que el líder del PLD “sería incapaz de apoyar a alguien por encima de los demás. Más bien él se dedica a velar porque la unidad del partido quede intacta después de estos comicios”.

El secretario general y otros altos dirigentes peledeístas,  algunos tan cercanos al presidente como Temístocles Montás y César Pina Toribio, ministros de la Presidencia y de Economía, respectivamente, son de los que no han mostrado simpatía alguna con el proyecto continuista que encabezan los “ingenieros constitucionalistas” Félix Bautista y Freddy Pérez. Más bien se inscriben entre quienes discretamente expresan su convencimiento de que el mandatario no escogerá ese “aventurero camino» .

Tiene que desactivar la caldera.  Hay quienes creen que el presidente Fernández todavía podría seguir jugando a ganar tiempo antes de despejar la ruta para la candidatura presidencial de su partido, aún a riesgo de seguir sacrificando las posibilidades de quienes le subordinan su precandidatura, y de seguir beneficiando a  Medina, que es el único decidido y quien encabeza por mucho las encuestas excluyendo al líder del partido.

Lo que no podrá ignorar el Mandatario son el descontento de la gente por las  generalizadas de precios y los reclamos de incremento salarial que han matizado el comienzo de este año, generando protestas sociales en diversas regiones.

También tendrá el Presidente, sobre todo si deja abierto el camino al continuismo, que poner atención a las grandes insatisfacciones reflejadas por la Conferencia del Episcopado DominicanoCarta  publicada el jueves, donde se   denuncia un “estado de incertidumbre, desigualdad social, pobreza, delincuencia, deficiencia educativa, violencia, impunidad, destrucción y contaminación del ambiente, pérdida de valores e identidad”.

El grito episcopal subió de tono para proclamar que “en esta situación de atracos, sicariato, narcotráfico, participación de autoridades en actos delictivos, corrupción administrativa, politiquería clientelista, inseguridad ciudadana, no podemos construir un país libre, soberano e independiente  tal como lo soñara el Padre de la Patria Juan Pablo Duarte.

En el contexto político llamó la atención que los obispos concluyeran su carta pastoral llamando a que “Hagamos valer nuestra Constitución” y a que “superemos la gran brecha que separa el discurso de la realidad, la teoría de la práctica” y a “construir un estado de derecho, donde se pongan en práctica los principios de nuestra Carta Magna y se guarde el debido respeto a las leyes.

Más presión. El presidente tendrá la presión ademásde un déficit fiscal que retrasó hasta el pago salarial en enero, y excedió los compromisos  del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que le ha requerido una nueva “carta de intención que reitere las políticas para el 2011 en línea con el programa”.

¿Un último aliento?

Mientras duró el largo viaje presidencial de dos semanas por Suiza e India y con la velocidad que tomó la promoción del vicepresidente Alburquerque sobre la base de que “después del primero va el segundo”, creció la convicción de que “Leonel no está en eso de volarse su propia Constitución”. Pero un veterano dirigente peledeísta aseguró esta semana que tras el retorno del mandatario “lo de Alburquerque fue frenado”.

Un dirigente de tanta experiencia y conocimientos marrulleros como Luis Incháusti, no se arredró para decir por Teleantillas el jueves que hay funcionarios  que han hecho grandes   fortunas y ahora  temen hasta de sus propios compañeros de partido, por lo que empujarán hasta lo indecible para que Fernández se mantenga en el poder. entendiendo que sólo él les garantiza continuar en el poder, y que requieren algunos años más para terminar de lavar sus fortunas.

La circunstancia de que no se haya podido aprobar la ley orgánica del Tribunal Constitucional, en el que muchos cifran esperanzas de que dictamine una procedencia de la repostulación del presidente Fernández, se ha considerado un tropiezo indicativo de lo abrupto que está el camino al continuismo por el artículo 124 de la Constitución.

Fue Félix Bautista quien en diciembre dijo en Nueva York que “ocho de los jueces que integrarán el Tribunal Constitucional entienden que el presidente puede reelegirse en el 2012”. En el mismo discurso anunció la búsqueda de 2 millones de firmas para un referendo sobre la reelección, lo que comenzó a ejecutarse al concluir el año.

Aunque ya hay consenso para que la ley orgánica del Tribunal Constitucional consigne la facultad de éste para conocer incluso las decisiones de la Suprema Corte de Justicia, como establece la Carta Magna, todavía los oficialistas insisten en que puedan integrarlo abogados mayores de 75 años, lo que ha impedido la aprobación de la ley. Se cree que la insistencia oficialista tiene como objetivo llevar a la presidencia del nuevo organismo al doctor Rafael Luciano Pichardo, quien precisamente por ese límite de edad tiene que ser jubilado de la Suprema Corte. 

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