Discurso del ministro de Cultura José Antonio Rodríguez al Poeta Tony Raful

Discurso del ministro de Cultura José Antonio Rodríguez al Poeta Tony Raful

Premio Nacional de Literatura

La poesía en pasión que enciende el verbo del asombro. En su origen, la poesía y la filosofía nacieron del asombro primigenio, donde el hombre corriente apenas vio costumbre. Como ejercicio de la imaginación y sensibilidad, la poesía se matrimonia con la noche y con el día, y pare palabras, sentidos y metáforas. La poesía es la sustancia del poema: canta y encanta, relata el drama de la vida y se vuelve padecimiento del espíritu. Quien dice poesía dice consagración del tiempo y conjuro del alma. Todo el hacedor literario que asume el quehacer poético encarna una trayectoria de contemplación constante y perenne de los avatares de la vida despierta y dormida, la tragedia de la mente estética. El concierto de las letras dominicanas posterior a la Guerra Patria de 1965, la voz y la palabra encendida de la lírica de Tony Raful inició su estallido en las vertientes social y sentimental.

Desde 1972, con su libro seminal La poesía y el tiempo, Raful asume la estética machadiana de que la poesía es “palabra en el tiempo”. La poesía es pues, tiempo encarnado. La materia y la sustancia del poema es el tiempo. Vale decir, la poesía la construye el tiempo, se alimenta de temporalidad, y trasciende el tiempo histórico. Los ideales que resumen la obra poética de Raful se mantienen contantes con una asombrosa verticalidad estética, apegada a los legados pos- romántico, neomodernista y postsimbolista que le insuflan un aire de fuego y una música acuática a su obra poética.

Si bien en su intelecto convergen el historiador y el poeta, esto no es casualidad, pues ya Aristóteles afirmó en su poética que “La poesía es más verdadera que la historia”, y que si los historiadores nos hablan del pasado, los poetas nos dicen que lo ha de ser. De ahí, el calificativo antiguo de vaticinador que tenían los poetas, de adivinos y aedas, a la manera de Píndaro, Homero y Hesiodo. En tal virtud, el gran pensador, poeta y premio Nobel, Octavio Paz afirma que: “El poema sin dejar de ser palabra e historia, trasciende la historia”. La figura del historiador y del poeta, son caras a Raful, pues ha cultivado no sin pasión y acierto, ambas vertientes de la creación intelectual. Imbuido por la pasión investigativa del pasado, nuestro poeta extrae del tiempo histórico la imagen del acontecimiento y de las grandes hazañas, y las transforma en su verdad histórica, del mismo modo que parte del ser del acontecimiento pretérito y le canta como una manera de hacer permanente y trascendente la imagen histórica. Para Raful, pues la historia es una “hazaña de la libertad”, para decirlo con palabras de Benedetto Croce. Cantor de la paz y poeta de poesía de homenajes a los prohombres, el autor de La dorada mosca del fuego asume la sentencia de Octavio Paz de su obra El arco y la lira, que reza: “como la creación poética, la experiencia del poema se da en la historia, es historia y, al mismo tiempo, niega a la historia”.

La práctica del ejercicio poético en Raful representa una ética de la escritura contra viento y marea. El dinamismo de sus frases poéticas y el colorido de sus imágenes conforman una propuesta expresiva testimonial, así como una retórica de amplias convicciones de su destino literario. Así pues, funda un mundo poético permeado por la historia y la memoria del presente. Poesía del dolor y de la alegría, celebrante y celebradora. Poesía de firme y alta voz, que empina sus luces sobre las aflicciones del alma y sobre las tragedias sociales. En su universo poético, el hombre y la historia se afirman en protagonistas utópicos del tiempo y la memoria.

Tony Raful es un hombre de pasiones sociales y políticas, y vocación poética de corazón y de piel. Hombre público y mentalidad estética, que ha asumido la palabra poética con heroicidad, y la política como vocación histórica. Los que, como yo, hemos seguido su trayectoria pública y literaria, damos fe de su inquebrantable pasión libresca y búsqueda de saber. Lo mismo navega de la politología a la literatura, que de las ciencias ocultas a la historiografía, y del ensayo a la crítica. Autor de artículos de opinión siempre sazonados por el lirismo de las frases y la incandescencia de las ideas, y de obras de historia de enjundiosa documentación acerca de acontecimientos históricos del Siglo XX dominicano y sobre figuras protagónicas de la vida política dominicana posterior a la tiranía trujillista. Admirador de los míticos de los líderes políticos y espirituales, como de los grandes escritores, Raful es un intelectual de voluntad apasionada por el estudio del pasado y del presente de nuestra patria.

Autor de emblemáticos poemarios como Abril, nacen alas delante de tus ojos, ritual onírico de la ciudad y otras memorias, la ciudad y el amor, Gestión de alborada, y de ensayos, de análisis, interpretación y documentación histórica como Movimiento 14 de Junio, La Revolución de Abril del año 1965, así como de antologías y libros de artículos periodísticos, la obra intelectual de Tony Raful ha oscilado, pues, entre reflexión teórica, la pasión lírica y la investigación histórica. Entre la oratoria política de proverbial elocuencia y el periodismo escrito, radial y televisivo, el poeta también ha hecho gala con su verbo florido, de filípica persuasión.

Este poeta y hombre político lleva la marca de poesía como horizonte en una épica luminosa que ha dejado su huella como legado verbal a la tradición poética de su generación, lastrada por la circunstancia histórica y la atopía social. Poeta de la ciudad y del amor, poeta de gesta y de alborada, aeda citadino nocturno, Raful ha merodeado entre el espacio urbano y la profecía celeste, el canto telúrico y la fantasía de los sueños.

Oigamos su voz:

Aquí está el sol propagando la

diáfana voz,

la intimidad de los sonidos

en el espacio estremecido donde la

lluvia y el canto

hacen travesías grávidas

y se trepan a los árboles ataviados de

pájaros y nostalgias.

Aquí la loca poesía llenando de

almendros tus costados,

amaneciendo en el viviente júbilo de

las marcas

cuando la voz se monta en el corcel

del sueño,

cuando tu voz es soplo del ciervo,

del veloz párpado en la danza del viento,

ondulaciones del conjuro cazador de

alma.

Esta noche honramos las letras dominicanas al premiar un poeta de convicción galante en el oficio poético y a un guerrero lírico de la profesión espiritual de la palabra. Se trata de un poeta cuya arma, que son los sueños, nunca ha abandonado, mismos que le han permitido edificar catedrales de símbolos poéticos y avenidas de palabras con alma romántica. Esta trayectoria se recompensa esta noche con el aplauso de pie y el corazón abierto que le concedemos por sus atributos literarios y su talante verbal. Su poesía nos llama y nos congrega. Nos une y nos hace celebrar una vocación admirada por todos, pues como bien dijo el poeta Lautreamont, si “la poesía ha de ser hecha por todos”, no menos cierto es ser leída, sentida y celebrada por todos.

Con la entrega esta noche del Premio Nacional de Literatura 2014, el máximo galardón de las letras nacionales, por parte de la Fundación Corripio, y con el aval del Ministerio de Cultura, al poeta, ensayista y político Tony Raful, contribuimos a enaltecer los valores trascendentes de las personalidades dominicanas que han asumido el oficio de las letras y la vocación literaria con pasión, entrega sacrificial y honestidad estética. Fue esa la convicción a la que el Jurado de Premiación apeló para otorgarle esta distinción que honra su trayectoria y hoja de vida en su praxis intelectual.

Exministro de Cultura, actual diputado al Parlamento Centroamericano (Parlacen), exdirector de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, exprofesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y dirigente político, Tony Raful Tejada pasa a formar parte de la lista de autores galardonados con este Premio, que sirve de consagración a una trayectoria sostenida y constante en el ejercicio del intelecto, la imaginación y la palabra, y cuyos antecedentes en la órbita de la poesía han sido, desde la fundación de este galardón en 1990: Joaquín Balaguer, Pedro Mir, Manuel del Cabral, Mariano Lebrón Saviñón, Víctor Villegas, Lupo Hernández Rueda, Antonio Fernández Spencer, Jeannette Miller, Mateo Marrison y José Mármol.

Este Premio al amigo y al poeta, al hombre de pasión política y vocación letrada, viene a coronar una trayectoria en la batalla de la palabra de la práctica social, y de ahí que le llegue en un momento de plenitud creadora y de madurez de pensamiento. Este galardón de las letras nativas, creación de la mentalidad filantrópica de la Fundación Corripio y su fundador, el señor José Luis Corripio Estrada, le entrega a Tony Raful esta noche en esta espléndida Sala Principal Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, con la solemnidad que amerita esta ceremonia, y a la vez, en medio del júbilo y la celebración que nos embarga a sus amigos, admiradores de su obra y compañero de viaje en la ruta de las letras y la poesía.

Enhorabuena. Mucha suerte, poeta.

Santo Domingo, 19 de febrero de 2014

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