En su discurso de toma de posesión, el presidente Danilo Medina esbozó a grandes trazos el futuro accionar de su gobierno en materia de instrucción pública: invertir el 4% del PBI en la educación pre-universitaria; construir 10 mil aulas en el primer año de su gestión; ampliar el horario extendido en las escuelas públicas; reestructurar el Ministerio de Educación, y erradicar el analfabetismo entre la población de 15 y más años de edad.

A lo que cabe agregársele: ampliar la cobertura de la educación inicial básica y media; reorganizar la enseñanza técnica profesional; formar y capacitar maestros; actualizar el currículo; adquirir más laboratorios y equipos tecnológicos; y otras acciones de reforma. ¿Podrá el presidente Danilo Medina cumplir con ésas y otras promesas de campaña en un período de  gobierno de sólo cuatro años? Estando o no seguro de ello, al menos brindémosle al mandatario la oportunidad de que el accionar de su gobierno dé señales inequívocas de que cumplirá con los compromisos contraídos.

El Plan Decenal 1993-2003 ha sido el más fructífero entre todos los proyectos que aquí se han concretado para mejorar los servicios de educación desde la llegada de Eugenio María  de Hostos al país a fines del Siglo 19 hasta la fecha.

Los cientos de técnicos y gestores que laboramos en la formulación del Plan Decenal llegamos a la conclusión de que para sostener sus logros  y alcanzar nuevas metas, el gasto público anual en educación debía de ser, a partir de enero de 1999, de un 16% del Presupuesto de Gastos del Gobierno o un 4% del PBI (véase ponencia Sobre Financiamiento de la Educación presentada por Isidro Santana, Jesús de la Rosa, y Jacqueline Malagón en el Seminario Evaluación a Medio Tiempo del Plan Decenal, organizado en 1998 por el Ministerio de Educación). Pero, lamentablemente dicho nivel de inversión en educación nunca fue alcanzado. Los gobiernos que se sucedieron entre 1999 y 2011 promediaron una inversión anual en educación equivalente a sólo 1.87% del PBI, el más bajo entre los países de la América española.

Afortunadamente, ahora podemos contar con que a partir de enero del año entrante, el Ministerio de Educación dispondrá de un presupuesto equivalente al 4% de nuestro producto bruto interno. Más claro: el Gasto Público en educación en el año 2013 se elevará  de 58 mil 590  a 117 mil, 188 millones de pesos, lo  suficiente como para empezar a “corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo”.