La Carta Magna define rendición de cuentas como el resultado de ejecuciones de un gobierno en un año fiscal, que nuestro presidente Danilo Medina irrespetó nueva vez incluyendo providencias mediáticas y futuras, ajenas al estricto canon constitucional, en un discurso claramente reeleccionista, que agotó una extenuante lectura de dos horas y 45 minutos.
Nuestro presidente mostró un encofrado muscular de una economía impresionante e impactante de un 7% del PIB, una raquítica inflación de l.l7%, siete millones de turistas que ingresaron al país US$7 mil millones, estabilidad cambiaria de seis años en el umbral del 50xl respecto al billete verde, créditos al sector privado por RD$111,l83 millones.
Nuestro gobernante alardeó su mérito de sacar a 1.5 millones de sus paisanos del foso denigrante de la pobreza, y lo más trascendente de esos logros, es que son aireados por la CEPAL, palmarés a precisiones reiterativas de nuestro Banco Central. Construcción de 116 planteles escolares, 15 estancias infantiles, desbordando la pauta constitucional, avanzando construcción de 194 planteles y 4l estancias infantiles este año.
Siguió nuestro presidente haciendo caso omiso del canon constitucional avanzando aumento salarial y pensiones a partir de abril próximo, y anunciando eliminar el anticipo a Mypimes en diez días.
La musculatura económica presenta reveses con déficit comercial de US$11,117.2 millones, con deuda pública de US$37,215 millones en 2017 y US$40,975 millones en 20l8. Nuestro gobernante omitió providencias a instancias ciudadanas mortificantes recurrentes, delincuencia aterrante, haitianización que socava soberanía, caos tránsito vehicular, auge narcotráfico, corrupción, impunidad, cero régimen consecuencias. En un entramado que augura reelección y modificar la Carta Magna para un peligroso egoísta, con una tasa de rechazo de 69%, conforme última encuesta del Centro Iberoamericano de Gobernabilidad, y un 54% del Instituto de Estudios Aplicados revela desaprueba gestión Medina.
¿Y entonces?