DISCURSOS
Desiderio y Trujillo: cada quien su valor

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Se suponía que ya no había nada más que contar con relación a la muerte de Desiderio Arias en junio de 1931, el tercero y último de los “generales”, caciques regionales conchoprimistas, quienes se rebelaron contra Trujillo durante los primeros meses de su dictadura. Cipriano Bencosme fue el primero, en junio de 1930, lo que le costó la vida. 

“Piro” Estrella también se había rebelado en junio de 1930 pero se rindió un mes después. Ninguno de los tres comprendieron que los “pronunciamientos” y “alzamientos”, tan comunes previo a 1916, ya no eran factibles, dado el monopolio de las armas que las tropas norteamericanas de la intervención (1916-1924) habían establecido, tanto a través de la creación de un ejército nacional único y de cobertura nacional, como por medio de las recogida total de armas  entre la población civil.

Sin embargo, en los archivos de Trujillo en el Palacio Nacional, hoy en el Archivo General de la Nación, localizamos un intercambio de 55 cartas y telegramas cursados entre Trujillo y Arias durante el período entre el 24 de agosto de 1930, es decir ocho días después de Trujillo juramentarse como Presidente, y el 10 de junio de 1931, día mismo en que está fechado el manifiesto público de Arias contra Trujillo y 10 días antes de su muerte, documentos nunca antes publicados  y que evidencian un flujo continuo de mensajes entre ambos.

En adición, tanto el Ministro norteamericano, como el inglés y el español reportaban sobre el conflicto entre el joven dictador y el viejo guerrillero, como también lo hacía el Coronel Thomas E. Watson, del US Marine Corps, quien había sido el principal instructor de Trujillo durante la ocupación y cuya presencia solicitó Trujillo con motivo de la tragedia de San Zenón y quien se quedó en el país hasta 28 de julio de 1931, convirtiéndose en la mano derecha de Trujillo, no sólo en asuntos militares y de inteligencia, sino también en materia financiera y política.

En la biblioteca del Presidente Franklin D. Roosevelt, en Hyde Park, Nueva York, en los recién abiertos archivos de Sumner Welles, encontramos correspondencia entre éste y Ángel Morales y Federico Velásquez, quienes ya se habían exilado y quienes mantenían contactos con elementos antitrujillistas en Santo Domingo durante esos primeros meses de la dictadura, donde se habla de la insurrección de Desiderio. También tuvimos acceso al archivo de Ángel Morales.  Todo este interesante y orientador material inédito fue lo que nos motivó a redactar este libro.

Sobre la muerte de Desiderio Arias han escrito bastantes personas pero haciendo uso principalmente de la tradición oral y de la prensa local de la época. Vale citar, sobre todo, a Rafael Darío Herrera, J. Agustín Concepción, Máximo Ares García, Olga Lobetty Gómez de Morel, Félix A. Mejía y María Filomena González de Silié. Con la inédita documentación aportada en este volumen esperamos hacer una nueva y más amplia contribución al tema. 

Otra razón que nos estimuló a escribir este libro es que en un momento pensamos escribir otro titulado “Los Estados Unidos y Trujillo, 1931”, para así agregar otro tomo a la serie ya publicada y que con ese mismo título cubre los años 1930,1945,1946,1947,1960 y 1961. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta que casi todo lo que sucedió en 1931 ya estaba incorporado en otros tres libros nuestros, “Trujillo y Haití” volumen I, “Trujillo y el control financiero norteamericano” y “Trujillo y las Fuerzas Armadas Norteamericanas”, quedando sin publicar, como tema importante de ese año, tan sólo el alzamiento y muerte de Desiderio, la correspondencia entre  Welles y los exilados y la salida del país del Vicepresidente Rafael Estrella Ureña, aspectos que han sido incluidos en este volumen.

En agosto de 1929 el partido de Desiderio firmó una alianza con el de Federico Velásquez por medio de la cual, para las elecciones de mayo de 1930, postularían a  Velásquez como Presidente y al juez y gran amigo de Desiderio, el Dr. Juan B. Pérez, como Vicepresidente. Bajo ese acuerdo el partido de Desiderio recibiría el 30% de los  cargos electivos, administrativos y militares en todo el país y un tercio de las Secretarías de Estado.

El 10 de febrero de 1930, trece días antes del golpe del 23 de febrero, el gobierno de Horacio Vásquez negoció, sin éxito, con un Estrella Ureña que estaba complotando para tumbarlo, pero también con Desiderio, para que se pasasen al gobierno. Desiderio apoyó decididamente el golpe de Trujillo y el 21 de marzo ambos firmaron un “Proyecto de Entendimiento” bajo el cual se postulaba a Trujillo y Estrella Ureña, pero el partido de Desiderio recibiría el 30% de los cargos electivos y administrativos, tanto nacionales como municipales, en las diversas provincias y comunas de la República. Su porcentaje incluía Diputados, Senadores y dos Secretarías de Estado. Pero veinte días después la prensa dominicana reportaba que Desiderio estaba negociando con los grupos que apoyaban a Federico Velásquez.

El recién desaparecido Leszek Kolakowski dijo: “Aprendemos historia, no para saber cómo comportarnos, o cómo tener éxito, sino para saber quiénes somos”. Conociendo a Desiderio nos conocemos a nosotros mismos. Si algo aprendí preparando este texto es que no hay gran diferencia entre la forma de hacer política hace 80 años y la de ahora.

En la preparación de este libro debemos agradecer al personal del archivo del Palacio Nacional que durante los años de 1984 y 1985 nos ayudó a trabajar en el entonces llamado “Archivo Particular del Generalísimo”.  También debemos citar al personal de los archivos nacionales norteamericanos en Maryland y al de los archivos ingleses en Londres, así como al de la biblioteca Roosevelt, en Hyde Park.  Manuel García Arévalo y Francis Pou tuvieron la gentileza de proveernos documentos inéditos de los archivos españoles, a pesar de que son parte de un texto que están escribiendo. 

Francisco Simón Valverde Díaz, nieto del General Simón Díaz, tuvo la generosidad de permitirnos acceso al archivo familiar, proveyéndonos de varios textos inéditos así como de fotografías. El General retirado José de Jesús Morillo López nos dio material sobre su padre José Francisco (“Panchito”) Morillo.  Como música de fondo en los momentos previos a este acto decidí poner el célebre merengue de 1927 sobre Desiderio, por lo que le pedí a Gonzalo Mejía, dueño de una enorme colección de música, que me lo mandara. Me envió cinco versiones de 5 orquestas diferentes.

Por su ayuda en la preparación de este volumen queremos citar nuestro agradecimiento particular a Patricia Kourie y Eunice Lara. Irina Miolán confeccionó la portada. Ninón Saleme fue responsable de la composición y diagramación.

Finalmente, a mi esposa Soledad debemos reconocer su paciencia al soportar nuestras horas de encierro.

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