Discusiones salariales: súbanle algo

Discusiones salariales: súbanle algo

Millizen Uribe

Siempre he tenido la posición de que a los trabajadores dominicanos no les convienen del todo las sesiones del Comité Nacional de Salarios. Esto porque en su afán de lucro, algunos sectores empresariales, han decidido llevarse de frente derechos y conquistas laborales de antaño. No apuestan a mejorar su competitividad en base a innovaciones, sino reduciendo las condiciones laborales de los empleados.
Esa determinación no encuentra refreno suficiente en los llamados representantes del sector sindical, debido a que para nadie es un secreto, que pese a que la Constitución, en su artículo 62, lo establece, hay empresas que mantienen un clima hostil hacia los sindicatos y otras, simplemente no los permiten, siendo esta una de las conclusiones de la reciente investigación de la Fundación Juan Bosch y del ISCOS, que ya había referido en este espacio.
Como consecuencia de esas recurrentes violaciones a los derechos sindicales, una parte importantísima de la clase trabajadora dominicana no está sindicalmente representada y los líderes sindicales no se renuevan, son los mismos de siempre, mientras que los patronos sí están organizados y su representación varía en el tiempo.
Ese panorama sirve como caldo de cultivo para que la correlación de fuerzas entre empleadores y trabajadores vaya en detrimento de estos últimos. Y, aunque se presupone que el sector gubernamental, el otro actor, de la mesa tripartita, debe, privilegiar los intereses colectivos, las apetencias políticas-partidarias, máxime en un año preelectoral, son una amenaza.
Es por eso que a los trabajadores, ya lo he escrito antes, no tienen quien le escriba. Y aunque he visto con muy buenos ojos la aclaración del Gobierno que con el proyecto de disolución del IDSS no pretende eliminar ni modificar la cesantía laboral, eso no quita que la espada de Damocles penda sobre el pellejo de los hijos de Machepa y del Pollero.
Si así no fuese, a estas discusiones salariales se les debería subir algo y entrar, de pleno, en ejes como trabajo digno y decente para todos y todas, con sus correspondientes salarios de calidad, tomando en cuenta que, aunque el crecimiento económico promedió 6.56% en los últimos cinco años, y la productividad del trabajo se ha incrementado, República Dominicana está entre los países de América Latina con el nivel de salario mínimo más bajo y con menor desarrollo humano.
Ojalá, entonces, estas discusiones, más que alzas precarias y mecánicas, aborden elementos cualitativos de fondo y vaya más allá, si bien eso implique, de una vez y por todas, un pacto fiscal que no constituya un aumento general de impuestos, sino que ponga orden a un caos que conlleva al día de hoy muchos y muchas estén pescando en río revuelto.

Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital

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