Ante el inminente deterioro que afecta la cuenca alta del río Yaque del Norte y la degradación de los recursos naturales en esa zona del país, instituciones públicas y privadas trabajan en la elaboración del Plan de Acción para la Implementación del Pago por el Servicio Ambiental Hídrico (PSA), lo que permitirá el uso sostenible de los recursos hídricos y  naturales de allí.

Las instituciones que trabajan esa iniciativa son la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARN) y el Centro para el Desarrollo Agropecuario y  Forestal (CEDAF), con el apoyo de la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GTZ), quienes cuentan con la asesoría de los expertos internacionales Doris Cordero y Gerardo Barrantes, quienes implementaron el primer mecanismo exitoso de PSA a nivel mundial en Heredia, Costa Rica.

La preocupación de esas instituciones se centra en la creciente degradación de  los recursos naturales, lo que se ha convertido en un proceso constante y como tal, la cuenca alta del río Yaque del Norte  (CAY), no escapa a esta situación. Cuenta con una extensión de aproximadamente 770 Km2, y es una de las cuencas más importantes en cuanto a la producción de agua a nivel nacional, tanto para fines de consumo doméstico, industrial y agrícola.

Las zonas de riego del Bajo Yaque  del Norte también están afectadas por esta situación, trayendo como consecuencia un impacto negativo en sus recursos hídricos, por lo que partiendo de esto se ha elegido esa  zona  para iniciar  ese proceso, por demás, novedoso para el país.

Muchos de los instrumentos convencionales de control y mando no suelen funcionar adecuadamente; por lo cual es importante crear incentivos directos para el uso sostenible de los recursos naturales, con el fin de apoyar el cumplimiento de los servicios ambientales de una manera efectiva y económica. Uno de esos incentivos puede ser el pago por servicios ambientales

La aplicación de un sistema de Pagos por Servicios Ambientales (PSA), que será aplicado por primera vez en el país, asegura que los actores que intervienen en la provisión de este servicio (en este caso agua) sean retribuidos de tal forma, que se vean estimulados a adoptar sistemas de producción sostenibles, que aseguren un flujo permanente del servicio ambiental.

A través de un sistema de pago por los bienes y servicios ambientales que se producen en la cuenca, los usuarios de las partes bajas de la cuenca, en nuestro caso proveedores de agua potable, las juntas de regantes, productores agrícolas y suplidores de energía serán retribuidos,  disfrutarán  de agua en mayor abundancia y de mejor calidad.