Diseñadores al grito con los elevados costos de confección

Diseñadores al grito con los elevados costos de confección

Años atrás, confeccionar un vestido “elaborado” era aceptable para el diseñador porque los costos se correspondían con los precios de los materiales. Ahora, todo se ha disparado por una crisis mundial que amenaza el cierre de sus atelieres.

“Para muestra un botón”: los destacados diseñadores dominicanos Jorge Diep, Iris Guaba y Elisa Morató, profesionales que se han distinguido por un trabajo de gran calidad en el área de diseño de moda, coinciden en que por los elevados costos de las telas y materiales han tenido que explorar otras áreas.

Ahora incursionan en la producción de uniformes, trajes para espectáculos, ropa pret-a-porter (lista para llevar) y líneas de trajes de baño, para citar algunos.

Jorge Diep afirma que aunque está en su mejor momento, no tiene ánimo para esperar que una clienta llegue a su taller para hacerse un vestido.

Precisa que “no estoy en producción comercial, sino en la confección de ropa para espectáculos, una decisión  que económicamente me puede dejar más dinero”.

El diseñador desistió de su viaje de salud a Argentina, al recibir una llamada la semana pasada desde México mientras se encontraba en Panamá, para que se encargue del vestuario que usará la actriz Sabine Moussier en el musical  “Aventurera” que se realizá en ese país.

“Aquí se está trabajando para lo que denominamos ‘costura social’ debido a que las damas que pueden pagar por un buen vestido, están buscando otras alternativas que les resulten más económicas”, indica.

Diep sintetiza: “soy una persona que para trabajar en centros comerciales, prefiero retirarme de lo que es la moda a la medida”.

Para Iris Guaba, la crisis imberbe ya comienza a afectar el mercado de alta costura no solo por los altos costos, que cada día van en ascenso, sino por una competencia feroz de ropa importada de grandes firmas internacionales calzadas por respetables diseñadores. Dice que no se puede igualar el trabajo de un diseñador criollo que hace una pieza única con una    firma como Cristhian Lacraux que diseña un  pantalón, lo múltiplica en dos mil o diez mil piezas y  aunque sea de alta costura, encuentra un buen mercado.

Otro de los inconvenientes que afectan al diseñador criollo,  de acuerdo a Iris Guaba,  es el pago de  una energía cara, una empleomanía especializada y    también cara.

“Tenemos una serie de inversiones que nos impiden confeccionar una pieza única en República Dominicana y eso va en detrimento de nuestro trabajo y de nuestros bolsillos” indica.

Y agrega: “La crisis no solo se fundamenta en los altos costos de las telas y en materiales como los encajes, sino en varios factores internos”.

Iris Guaba sostiene que como van las cosas, los diseñadores  deben reinventarse o dejar los atelieres para   economizar energía eléctrica y gastos que alteran el servicio dejando al cliente espantado por sus elevados costos.

Elisa Morató  recomienda a los dominicanos  tomar conciencia de la realidad actual y empezar a adecuarse a los tiempos por medio del ahorro, dejando a un lado el dispendio.

Dice que hay que entender que la crisis es mundial y que aunque siempre habrá persona con posibilidades de adquirir lo que  deseen sin reparar en precios, la política del ahorro es la obligación del momento.

Hace unos años que esta profesional viene reestructurando su negocio al concentrar su trabajo en trajes especiales de 15 años, de bodas, líneas de uniformes para bancos y otras grandes empresas.

Jorge Diep
Aquí ni en América Latina se trabaja alta costura porque esto obliga al diseñador a utilizar materiales muy caros, un equipo de elaboración de los vestidos especializados y un sinnúmero de cosas que no tenemos ni manejamos. Lo que hacemos es tendencia de alta moda”.

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