Disiento y protesto

Disiento y protesto

RAFAEL TORIBIO
Frente a las explicaciones, justificaciones y rechazo a la solicitud de renuncia o destitución de los miembros de la Cámara de Cuentas, disiento y protesto. Disiento de la justificación de que los miembros de la Cámara de Cuentas ni deben renunciar ni ser destituidos.

Protesto porque los que tienen la responsabilidad de removerlos o solicitar su renuncia entiendan que no violaron ninguna ley y que el aumento desproporcionado en su remuneración sólo fue algo «inoportuno».

Disiento del llamado a que se le conceda un perdón por un simple error cometido, sobre todo porque la solicitud provino de quien tiene la responsabilidad en el gobierno de luchar contra la corrupción. Protesto porque ese antecedente puede conducir a solicitar un similar perdón a favor de personas y funcionarios que transgredan la ley, los más elementales principios éticos o de la simple prudencia.

Disiento de la tolerancia cómplice que deja en manos de los propios miembros de la Cámara de Cuentas la decisión de devolver o no los incrementos excesivos en su remuneración percibidos desde el mes de enero pasado. Protesto por el apoyo a esta «indelicadeza» por parte de funcionarios electos que han proclamado la transparencia como norte de su gestión.

Disiento de la consideración de que el aumento de la remuneración en cerca de un 200% no sea un acto de corrupción, sino una «simple medida administrativa». Protesto porque esto se hizo bajo la modalidad poco transparente de incrementarse los viáticos, no el salario, y cuando se está exigiendo a los demás austeridad.

Disiento de la apreciación por parte de los miembros de la Cámara de Cuentas de que no han cometido ningún pecado. Protesto por la benevolencia con que la misma fuera acogida por quienes tienen la responsabilidad de removerlos o solicitar su renuncia.

Disiento que los miembros de la Cámara de Cuentas entiendan y defiendan que no han cometido ninguna falta, realizado un acto de corrupción o violado ninguna ley y que se les crea que están «comprometidos con una administración sana de justicia». Protesto porque todo termine como si nada importante y pasible de una sanción ejemplificadora hubiera pasado.

Disiento que se le otorgue el voto de confianza solicitado, que sólo podrá ser ofrecido por quienes al hacerlo se convierten en cómplices. Protesto por la defensa que se hace de lo que merece un castigado.

Disiento profundamente de la intención de reducir la gravedad de lo ocurrido con la declaración de que «lo pasado no tiene importancia, sino el porvenir». Protesto por esta forma poco elegante, por no decir descarada, de eludir responsabilidades. Disiento del amplio silencio cómplice que se ha producido en el sector gubernamental. Evidencia que es muy difícil tirar la primera piedra por no estar libre de pecado.

Quienes han preferido callar quizás lo hacen porque hicieron lo mismo o están a la espera de poder hacerlo. Protesto porque todo indica que seguirá el desorden en materia de salario en el sector público, permitiendo que la autonomía presupuestal se utilice para el auto asignación de la remuneración que cada cual estime conveniente.

Lamento que esto suceda en un gobierno del PLD y que no haya ninguna sanción. Comprendo por qué se prefiere como referencia política a Balaguer en vez de Bosch.

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