El ex fiscal del Distrito Nacional durante el gobierno del presidente Salvador Jorge Blanco, Dr. Manuel Jiménez Rodríguez (Manolín) planteó en la década del 80 la disolución de la Policía Nacional en una tertulia política que realizaba casi a diario en su oficina del populoso barrio de San Carlos con un grupo de amigos y admiradores, incluyendo el que suscribe. Tal escenario se convirtió en un verdadero laboratorio de discusiones, análisis, debate intelectual y hasta conspiraciones utópicas producto de la rica imaginación del anfitrión y sus invitados.

A casi 30 años de ese insólito planteamiento, hecho por un dirigente político agudo, crudo y aguerrido como Manolín Jiménez que había saboreado los rigores del destierro pero también las mamarias del poder como originalmente llamaba, otro ex fiscal del Distrito Dr. Guillermo Moreno formula una propuesta de esa naturaleza, la cual llena de estupor y espanto a la sociedad dominicana por sus graves implicaciones y porque según algunos constituye un absurdo no obstante el grado de descomposición que existe en nuestra Policía Nacional, salpicada por el escándalo de la “la mulata”-Puerto Plata y otras inconductas y deficiencias

La medicina no puede ser peor que la enfermedad como sería disolver la Policía Nacional, una acción extrema y descabellada producto de la desesperación y la impotencia de importantes sectores del país, indignados con legítima razón por las barbaridades que se cometen en los niveles más altos de esa institución, desafueros que salen a la luz pública y otros que permanecen encubiertos por la complicidad del alto mando.

El actual jefe de la PN, mayor general Manuel Castro Castillo, enfrentado en estos momentos al resurgimiento de una ola delictiva, caracterizada por crímenes, atracos, asaltos a camiones de seguridad que transportan gruesas sumas de dinero, peligrosa modalidad que atenta contra la estabilidad económica del sector empresarial, merece ser apoyado por la sociedad a fin de que su gestión sea exitosa, porque así ganaremos todos los dominicanos que amamos la tranquilidad, la paz y el orden.

En la PN existen todavía muchos oficiales eficientes, capacitados y honestos, como por ejemplo el general Dr. Frener Bello Arias, quien tuvo a su cargo la investigación de “la mulata”, y que apoya decididamente la actual gestión del jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo, para que esa institución salga a flote de esta nueva embestida en su contra.

!No a la disolución de la Policía Nacional!