Hacer el amor debería ser una actividad placentera, un momento íntimo que la pareja disfrute al máximo.
Sin embargo, para muchas mujeres, este no es el caso; al contrario, sus encuentros sexuales podrían ser catalogados como una verdadera tortura, debido al intenso dolor que sienten durante el coito, que les impide disfrutar del sexo. El nombre de esta condición es dispareunia, un trastorno que consiste en dolor genital recurrente o persistente asociado a la relación sexual con penetración.
La ginecóloga-obstetra Lilliam Fondeur define la dispareunia como el dolor durante o después del coito.
Explica que este trastorno tiene múltiples factores, entre los que destaca causas orgánicas, como las infecciones que producen inflamación; procesos pélvicos inflamatorios, infecciones que pueden tener leucorrea (secreción genital blanquecina) de cualquier índole, como bacterias e infecciones en la mucosa. Todo esto puede provocar dolor al momento de tener relaciones sexuales.
Cita además algunas alteraciones como la endometriosis, una enfermedad que puede producir dolor en las relaciones sexuales; algunas lesiones vaginales como los miomas o los pólipos, sobre todo cuando están en el área cervical, así como el herpes genital.
Otra causa importante de este trastorno es la poca lubricación.
“La lubricación se produce cuando la mujer esta excitada, si no se le da el suficiente tiempo, -aproximadamente entre 20 y 30 minutos- la penetración le va a doler”, especifica.
Sobre el tratamiento médico, enfatiza que lo primero que hay que hacer es identificar qué causa orgánica está afectando a la mujer, para luego suministrar el tratamiento directamente en la afección: infección, proceso pélvico, infecciones de transmisión sexual, endometriosis, una verruga por herpes o alguna alteración congénita como un quiste genital.
“Cuando se presenta dolor durante el sexo, el primer referimiento debe ser al ginecólogo para descartar cualquier causa orgánica”, asegura.
Sobre los factores psicológicos que pueden provocar dolor durante el encuentro sexual, Fidel Valera, terapeuta de pareja y sexólogo señala que el miedo al dolor, la ansiedad, actitudes negativas ante la sexualidad, una relación con la pareja conflictiva, así como factores socioculturales, pueden ser desencadenantes principales de este trastorno.
Valera explica que debido a que las relaciones sexuales producen dolor es más probable que comiencen a disminuir los encuentros, que sean de más corta duración y, en casos severos, que se eviten por completo las mismas, por lo que la relación de pareja puede verse severamente afectada.
“Desafortunadamente, se establece un circuito negativo con este desorden: el dolor lleva a la mujer a un estado de hipervigilancia, miedo al dolor, pensamiento catastrófico, ansiedad, no percibir las insinuaciones sexuales…”, asegura.
Sobre la incidencia de esta afección, el terapeuta, quien ofrece consulta en el Centro Vida y Familia, señala que de acuerdo a los últimos datos, puede estar presente de un 14 % a 34 % en mujeres jóvenes y de un 6.5 % al 45 % en mujeres de mayor edad.
“Como evento doloroso, la dispareunia va causando la disminución o la completa evitación del encuentro. Puede llevar a un cese total del contacto físico. Si a esto unimos la dificultad de este hombre en resolver conflictos, expresar sus emociones, considerar la opinión de la mujer, lograr intimidad, tendremos a un hombre que se siente rechazado o presiona continuamente a la pareja por relaciones sexuales”, advierte.
Valera explica que luego que se descartan las causas orgánicas, se procede con el tratamiento psicológico que consiste, por lo general, en intervenciones cognitivo-conductuales, terapias de pareja y tratamientos basados en “mindfulness”.