POR DIEGO PESQUEIRA
El procurador general Francisco Domínguez Brito ordenó ayer a los fiscales de todo el país que actúen de inmediato contra los invasores de propiedades privadas para impedir darles tiempo a reclamar posteriormente derechos adquiridos.  Domínguez Brito sostuvo que la violación de propiedad es un serio problema para el país.

El procurados general dijo que cuando se detecte un invasor no se puede dar lugar a ninguna medida dilatoria. Y agrega, que mientras más tiempo se dura en reaccionar, el mismo se convierte en un problema mayor.

«Por medio de la presente, tenemos a bien reiterarles la importancia de actuar de manera inmediata en todos los casos de violación a la propiedad», precisa Domínguez Brito en una comunicación dirigida a todos los procuradores fiscales del país.

Precisa, el procurador Domínguez Brito que el principio ante una litis sobre propiedad de los cuales nos regimos es el de mantener el «status quo», es decir la situación en su estado actual hasta que un tribunal diga lo contrario.

En tal sentido, advierte, no debe darse tiempo a los invasores a reclamar posteriormente derechos adquiridos.

En la comunicación, se instruye a los fiscales que ante toda invasión de propiedad o terreno el Ministerio Público debe proceder al desalojo inmediato, evitando a todo lugar cualquier medida dilatoria.

Se ha convertido en una tradición en el país que delincuentes invadan terrenos amparados en que alegadamente son padres de familia y no tienen donde vivir.

También alegan que esos terrenos son del Estado y que en consecuencia tienen derecho a vivir en ellos, sin importar que particulares presenten la debida documentación que los acredita como dueños.

Se ha registrado casos en que personas que pagan millones de pesos por sus propiedades tienen que pagar una alta suma de dinero a invasores para que desalojen determinados terrenos.

Esta situación perjudica la imagen del gobierno y deja mal parado a todo el sistema judicial, puesto que se percibe la imagen de que no hay garantía jurídica.

Existe la creencia de que un grupo de personas se mueven de terrenos en terrenos en busca de obtener dinero de sus propietarios y del propio Estado.