Una investigación realizada por estudiantes de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York establece que la disponibilidad de agua dulce en la República Dominicana se reducirá en 85% a finales del siglo, debido al cambio climático que además ocasionará impactos severos a mediano plazo.
Advierte el estudio que ya se están viendo estos efectos con la sequía que afecta al país, la cual ha conducido a la reducción de la irrigación y la producción hidroeléctrica.
El estudio utilizó proyecciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para determinar la disponibilidad de agua fresca per cápita.
La investigación concluye que debido a una reducción de 20% en la precipitación anual, un aumento en la evapo-transpiración y el incremento de la población dominicana en casi 50% a mediados del siglo, la disponibilidad de agua dulce per cápita se reducirá de 2,200 metros cúbicos en la actualidad a menos de 400 metros cúbicos en el 2100.
La República Dominicana debe de tomar medidas inmediatas para planificar para el largo plazo, debido a que la disponibilidad de agua fresca se reducirá en 85% a finales del siglo, con impactos severos también ocurriendo a mediano plazo, expone Carlos Rymer, estudiante dominicano de postgrado de la Universidad de Columbia y autor principal del estudio que realizó junto a Nosisa Ndaba y Emmanuelle Humbelt.
Rymer apunta que las proyecciones deben tomarse en cuenta porque coinciden con el plan del gobierno de convertir al país en el granero del Caribe, cuando el sector agrícola consume más del 70% del uso del agua dulce.
Recuerda que los planes de enfrentar la crisis alimentaría se basan en el incremento de la producción agrícola, la cual demandará mayor agua dulce mientras su disponibilidad se reduce drásticamente.
Acciones. El estudio recomienda la aprobación de una ley que rija el manejo sostenible de los recursos hídricos, para un plan de adaptación que incluya la conservación en el sector agrícola y las zonas urbanas. Sugiere la desalinización del agua del mar para uso doméstico, la protección de cuencas hidrográficas, y el cultivo de variedades resistentes a la sequía.
La clave
1. Seguridad alimentaría
El sector agrícola consume más del 70% del agua dulce del país, por lo que se plantea tomar en cuenta las proyecciones sobre la disponibilidad de agua en momentos que se plantea convertir al país en el granero del Caribe y se planea aumentar la producción agrícola. Una sugerencia es la siembra de variedades más resistibles a la sequía.