Disputa por papeleras cuesta a Uruguay más de US$800 MM

<p>Disputa por papeleras cuesta a Uruguay más de US$800 MM</p>

Por Benedict Mander
En Montevideo
Las pérdidas para la economía de Uruguay por la prolongada disputa por las papeleras con Argentina han alcanzado una suma equivalente a más de 4% de su producto interno bruto, y amenazan la unidad del bloque comercial sudamericano MERCOSUR, según el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay.

Hasta ahora, la disputa cuesta más de US$800 millones a la economía del país, contra el valor de US$1,2 millardos de inversión extranjera en la planta, dijo Reinaldo Gargano, en una entrevista con el Financial Times.

“Este desacuerdo entre Argentina y Uruguay está debilitando la fé en que podamos construir una comunidad sudamericana”, dijo Gargano. “Hay problemas en el MERCOSUR que también son muy graves”.

La planta de celulosa que se está construyendo por Botnia, de Finlandia, en el río Uruguay, que separa ambos países, es la mayor inversión extranjera en la historia de Uruguay y un impulso importante a la economía que disfruta de un amplio respaldo.

Pero los manifestantes argentinos temen que les afecte el turismo, la agricultura y el medio ambiente. La planta no debe abrir hasta más avanzado el año, pero los bloqueos en protesta en Argentina ya han ocasionado un costo de US$800 millones al turismo y al comercio uruguayo, dijo Gargano.

El mes pasado, el Tribunal de Justicia en La Haya rechazó la petición de Uruguay de obligar al gobierno de Argentina a poner fin a los bloqueos de carreteras. Gargano dijo que el fracaso de Argentina por desmantelar los bloqueos viola el tratado del MERCOSUR, que se supone garantice el movimiento libre de personas, productos y servicios entre los países miembros.

El ministro insistió en que la única solución a la disputa es terminar con los bloqueos, la condición de Uruguay para negociar con Argentina.

“Yo espero que a partir de ahora la actitud del gobierno argentino esté más abierta al diálogo”, dijo Gargano, añadiendo que la reacción de Néstor Kirchner, el presidente de Argentina, a la decisión del Tribunal Mundial, en el cual expresó su disposición de negociar, “me parece muy constructiva”.

Sin embargo, la disputa ha llevado la relación entre los que han sido aliados normalmente cercanos, a bajas históricas. La mediación entre ambos países está siendo conducida por un enviado del rey de España, Juan Carlos I, puesto que la negociación directa ha sido imposible desde que las relaciones diplomáticas se rompieron el año pasado. Ambas partes acordaron el fin de semana sostener conversaciones en España.

El asunto también ha destacado dificultades más amplias en el bloque MERCOSUR. Uruguay y Argentina, con Brasil y Paraguay, formó el bloque hace 16 años y acogió al miembro número cinco -Venezuela- el año pasado, pero el mes pasado aplazó las negociaciones para la membresía con Bolivia. 

El fracaso, o la falta de voluntad, de los miembros más poderosos del MERCOSUR, Brasil y Argentina, de tomar en cuenta las necesidades de Uruguay y Paraguay, ha sido durante mucho tiempo una fuente de descontento.

Uruguay tiene un déficit comercial con el resto del MERCOSUR, puesto que el pequeño país no es capaz de producir con los costos competitivos de sus vecinos más grandes, y está por tanto, cabildeando -con Paraguay- por un tratamiento preferencial, aunque hasta ahora, con poco éxito.

El hecho de que el MERCOSUR no haya respondido a las necesidades de Uruguay significa que esté buscando fortalecer sus vínculos comerciales más allá del bloque comercial, y que se haya convertido en el primer país sudamericano, desde el pasado jueves, en firmar un acuerdo de esquema de comercio e inversiones (siglas TIFA, en inglés) con Estados Unidos.

 “Nuestra estrategia es tener varios países a los que podamos exportar y no ser prisioneros de un mercado en particular”, dijo Gargano.

Sin embargo, el Frente Amplio de Uruguay, el partido gobernante, está dividido en cuanto a la forma de enfrentar los retos al comercio. En agosto pasado, Uruguay decidió no firmar un Tratado de Libre Comercio (FTA) integral con EEUU, no por razones ideológicas, dice Gargano, sino debido a los subsidios a la agricultura estadounidense, “extraordinariamente desfavorables”.

Los analistas concuerdan en que, con una mayoría en el gobierno escéptica ante el abandono del MERCOSUR y a favor de vínculos más estrechos con EEUU, es poco probable que el TIFA conduzca a un FTA, puesto que este no sería compatible con una membresía plena en el MERCOSUR.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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