El desarrollo tecnológico de ciertas áreas de negocios debe impactar de forma integral las condiciones en que el usuario final recibe los servicios o bienes correspondientes, esto es, eficiencia en términos de costos, acceso pleno en tiempo y cantidad, en general, satisfacción total del cliente.

Las telefónicas que brindan su servicio en República Dominicana no han transferido a sus afiliados los beneficios que de manera incuestionable reporta el desarrollo tecnológico al sector de las telecomunicaciones. Saber que en el país hay más de nueve millones de celulares en servicio, más de un millón trescientas mil líneas de teléfonos fijos y aproximadamente dos millones de cuentas de internet, es una razón más que suficiente para exigir a las servidoras privadas que hagan copartícipes de los beneficios que esto reporta.

Tal es el caso del servicio de roamming que brindan las telefónicas en el país y que resulta una carga insoportable para los usuarios que deben utilizarlo. De hecho, ha quedado demostrado que estas empresas pueden funcionar sin cobrar por este servicio y aún así obtener utilidades sorprendentes en sus operaciones, de hecho una de las operadoras en el país descontinuó el cobro por este concepto.

En similares términos nos podemos referir sobre el molestoso, abusivo e innecesario cargo por reconexión que suelen cobrar las empresas telefónicas a sus clientes cuando por falta de pago, la empresa suspende el servicio. Analizando el costo operacional de esa reconexión, notamos que es prácticamente inexistente debido a que la misma es realizada de forma automatizada, distinto a lo que ocurre con la reconexión del servicio eléctrico por parte de las empresas distribuidoras de electricidad, donde todo un personal técnico debe trasladarse hasta el punto de la acometida con lo que si se incurre en gastos totalmente auditables.

En este prontuario de distorsiones de las telefónicas del país, no podemos dejar fuera la estafa que significa para un cliente, contratar una determinada velocidad de internet y ver la forma fraudulenta como ésta va reduciéndose en la medida que el mes de facturación se desarrolla.