Distribución justa escaños

Distribución justa escaños

TACITO PERDOMO
Hace algunos días que en la Cámara de Diputados se sometió un Proyecto de Ley sobre la Distribución de Escaños. La iniciativa tiene la noble intención de hacer justicia a favor de las minorías, tanto al nivel de esa Cámara como al nivel de las Salas Capitulares de los Municipios del país. Desde hace largos años, muchas voces hemos defendido el derecho que la Constitución de la República le acuerda a las minorías, -entiéndase aquí que minoría es toda aquella organización que no es la mayoría, que en cada ocasión la ostenta un solo partido y que muchas veces se trata de una simple minoría mayor-.

Nuestra Carta Magna en el Artículo 91 señala: «Las elecciones se harán según las normas que señale la Ley, por voto directo y secreto, y con representación de las minorías cuando haya de elegirse dos o más candidatos.»

Acogiéndonos a ese mandato luchamos por el reconocimiento de esa reivindicación democrática y, cuando se conoció la Ley Electoral No.275-97, logramos que se aboliera el sistema de distribución de escaños conocido por Método D’Hont, en honor al matemático Belga que lo concibió en el decenio de los 80 del Siglo XIX. Esa era la forma de distribución que desde antaño se venía aplicando en nuestra Ley Electoral, violando la letra y el espíritu de la Constitución.

La historia es simple, cuando las autoridades de la Junta Central Electoral de entonces sometieron el Proyecto de Ley para hacer cambios democráticos radicales en la anterior, inadvertidamente transcribieron el método de marras.

Como testigo de excepción, dialogué sobre el tema con el Senador Presidente de la Comisión correspondiente. Su sensibilidad al asunto fue obvia, inmediatamente se produjo la eliminación en la nueva Ley Electoral del tristemente célebre Método D’Hont, dejando en manos de la Junta Central Electoral la aplicación de un sistema de Distribución de Escaños que fuera integral y ajustado a la Constitución.

Desgraciadamente las autoridades de entonces, a pesar del clamor generalizado motivado por su intachable gestión, decidieron concluir con su gerencia en el Alto Tribunal Electoral y no aceptaron dirigir las Elecciones Congresuales y Municipales del 1998. De haberlo hecho, estoy convencido de que habrían puesto en práctica un método más democrático y apegado a la intención de la Constitución. Quienes le sucedieron, aplicaron el método abolido y esa práctica se ha extendido hasta los días actuales, siempre en franca violación a nuestra Carta Magna.

Ahora, un diputado del Sur profundo, conciente de la necesidad de encausar nuestro sistema electoral por senderos cada vez más democráticos, ha tomado en sus manos la bandera de esta justa demanda y ha propuesto como método de distribución el conocido por el del Coeficiente y Resto Mayor.

La diferencia es clara: Si tomamos por ejemplo el caso de unas elecciones para tres escaños con 63 votos válidos, -para hecerlo lo más elemental posible-, donde concurren tres partidos; alcanzando el primero 42 votos; el segundo 13 y el tercero 8. Si se aplica el Método D’Hont, el partido con los 42 votos se adjudica las tres curules. En cambio, si se distribuye atendiendo al Método propuesto, tendremos que el Partido Mayoritario alcanza dos escaños y el partido minoritario con el Resto Mayor, en este caso el que logró 13 votos, se adjudica una diputación.

Argumentar más sobre el tema nos parece innecesario, sólo nos resta decir que en esta propuesta debemos sentirnos comprometidos todos aquellos, personas o instituciones, que proclamamos nuestra defensa a la democratización de nuestro país y de forma especial del Sistema Electoral Dominicano. Acompañemos al valiente Diputado y alcemos nuestras voces a favor de tan noble propósito. Quienes se saben con la verdad no temen decirla.

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