JERUSALEN. Miles de palestinos participaban el viernes en Jerusalén Este en los funerales de un joven palestino asesinado el martes en un aparente acto de venganza por el asesinato de tres jóvenes israelíes, en un clima de máxima tensión.
Miles de personas acompañaron el cuerpo sin vida de Mohamad Abu Khdeir, de 16 años, entre una marea de banderas palestinas y cantando «con nuestra sangre y nuestra alma, nos sacrificaremos por el mártir», hasta su domicilio de Shuafat, un barrio de Jerusalén Este, antes de acudir al cementerio, observaron periodistas de la AFP.
Poco antes, jóvenes palestinos se enfrentaron con la policía israelí en otros sectores de Jerusalén Este, donde estaban desplegados «miles de agentes» de la policía para evitar desbordamientos.
Se trata del tercer día consecutivo de violencia desde el secuestro y hallazgo del cuerpo de Abu Khdeir el miércoles, en un aparente acto de venganza por el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes el 12 de junio cerca de Hebrón, en el sur de la Cisjordania ocupada.
«Decenas de jóvenes palestinos, con el rostro cubierto, lanzaron piedras a la policía en Ras al Amud», indicó la policía israelí en su cuenta Twitter, en referencia a este barrio de Jeruslén Este, anexionada y ocupada. «La policía los ha dispersado con medios de control de disturbios», una terminología utilizada para referirse a los gases lacrimógenos y cañones ensordecedores.
Los funerales del joven palestino coinciden con el primer viernes de oración del mes sagrado del ayuno del ramadán, que habitualmente atrae a decenas de miles de musulmanes en la explanada de las Mezquitas, lugar sagrado del islam, en la ciudad vieja de Jerusalén.
Sin embargo, la multitud era mucho menos numerosa que en otras ocasiones, estimada en unas 8.000 personas, según un portavoz de la policía. El jueves por la noche, por temor a los disturbios, la policía decidió limitar el acceso a la explanada a los hombres mayores de 50 años.
Hacia un alto el fuego en Gaza
La situación era también tensa en la frontera entre Israel y la franja de Gaza. Otros cuatro cohetes y dos obuses de morteros fueron disparados el viernes por la mañana desde Gaza hacia Israel. Un cohete fue interceptado por el sistema de defensa antimisiles Iron Dome.
En paralelo, el ejército israelí envió refuerzos de sus reservistas a los alrededores de la franja para enviar un mensaje destinado a rebajar la tensión al movimiento islamista Hamas, que controla el territorio. Los medios de comunicación mencionaron el viernes una posible negociación de tregua bajo los auspicios de Egipto en las próximas horas entre Hamas e Israel. Un responsable de
Hamas confirmó a la AFP, bajo cubierto de anonimato, que El Cairo estaba implicado en una mediación «para devolver la calma a la franja de Gaza». «Pero no hemos cerrado ningún acuerdo todavía», indicó. Bassem Naïm, alto dirigente de Hamas en Gaza, dijo a la AFP que le movimiento islamista «no tiene ningún interés en una escalada o una guerra en Gaza».
«Pero al mismo tiempo, no podemos callarnos ante la agresión (israelí) que sigue contra Gaza y Cisjordania», advirtió. El diario Jerusalén Post escribió que «una fuente de seguridad de jerarquía» había señalado que el viernes se iba a saber si Hamas estaba lista para un alto el fuego.
«La pelota está en el campo de Hamas», escribía por su parte la página digital de informaciones Ynet, citando también a un responsable de la seguridad.
«Tenemos previstas dos opciones en el sur: o los disparos contra nuestras comunidades cesan y nuestras operaciones se detendrán también, o estos continúan y nuestros refuerzos en la zona actuarán con determinación», advirtió el primer ministro, Benjamin Netanyahu.