ATENAS. EFE. En plena campaña navideña, las calles y las tiendas del centro de Atenas están vacías y hasta el abeto de Navidad, instalado frente al Parlamento, permanece custodiado por 30 antidisturbios armados hasta los dientes para evitar que los jóvenes vuelvan a prender fuego al «árbol más protegido del mundo».
Cuando se cumplen dos semanas de las violentas protestas contra el Gobierno conservador, desatadas por la muerte de un adolescente a manos de la Policía, no solo el espíritu navideño está en peligro, sino que también el Ejecutivo hace aguas y es superado ya en seis puntos por el partido socialista en la oposición, según los sondeos.
En la noche del sábado al domingo, nuevos enfrentamientos entre grupos radicales y agentes en el centro de Atenas obligaron una vez más a los dueños de tiendas a echar los cierres para proteger sus mercancías.
En el céntrico barrio de Exarhia, donde el pasado día 6 el joven de 15 años Alexis Grigoropoulos murió por disparos de un agente, una concentración inicialmente pacífica anoche derivó en nuevos enfrentamientos.