Diurna sonrisa de luna…

Diurna sonrisa de luna…

Reconocí tu suspiro cuando irrumpiste en mi lecho insomne.

Detrás dejamos las puertas abiertas

para ir por las primicias tras la noche.

 

Mecíanse en el vaivén de las aguas, de los hombres del océano

las humildes barcas.

Acotejaban sus redes para bogar por el sustento

anticipando el alba.

 

Nos calzaba el pasto en nuestra cita temprana.

Sonreía la menor umbrera

ante aquel paseo sublime que confortaba el alma.

 

Al asomo de la gran estrella

inmutó radiante su blancura plena.

Despidió la travesía nuestra, el dibujo sobre la mar atlántica

de la plateada estela de su luz sin mácula.

 

Diluyose la angelical expresión de su faz,

cuando se impuso el señor del día.

Desprovistos nos dejó de la guardia de su ángel,

mas, extemporánea, en nuestro auxilio con el crepúsculo, retornaría.

 

De las olas el bravío, a tiempo, doblegaría.

Visitada so tras tierras,

hasta el puerto de los pueblerinos, sería la fiel guía.

El mayor astro volvió a su escondite y nos dejó a solas,

bajo la claridad del rostro lunar como de cristal.

 

Ella acompañó nuestro camino hasta la confiada apertura de mi portal,

hasta el aposento callado de mi trasnoche,

hasta el amargo vacío de mis sábanas manchadas,

hasta el húmedo frío de tu almohada solitaria.

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