Buenos Aires.  AFP. Diversidad en la mirada y creatividad imperan en el diseño de indumentaria de Argentina, cuya capital se afianza como uno de los más atractivos centros de la moda entre países emergentes, cuando se lleva a cabo el Buenos Aires Fashion Week (BAFWeek).

“La particularidad de Buenos Aires en el diseño es la diversidad de la mirada. Los argentinos somos una suma de estilos”, dice Pablo Ramírez, de 39 años, sentado detrás de su escritorio en una amplia oficina en el subsuelo de su comercio-taller, en el antiguo y turístico barrio porteño de San Telmo.   El blanco y negro reina entre los muebles tanto como en la ropa que diseña, hábito que sólo quebró para producir una mini colección denominada “Caperucita Sublime” para una marca de lácteos, que le obligó a incorporar bellísimas capas rojas y que presentó esta semana en la primera jornada de la octava edición del BAFWeek.

“Lo que sorprende de nuestra ropa es la buena confección, la terminación, el calce, porque la visión afuera es que en América latina todo tiene que estar vinculado con la artesanía”, dice este hombre que desde 2000 integra el grupo de diseñadores independientes, llamados “de autor”.

En otro punto de Buenos Aires, nombrada Ciudad de Diseño en 2005 por la UNESCO, Martín Churba, 42 años, da los últimos toques a la colección Otoño/Invierno 2011 que bautizó Retrotramando porque, según él, “recicla ideas de diseño de moda de distintas épocas” y presenta en el BAFWeek.    Churba, dueño de la casa Tramando, es otro diseñador en ascenso, elegido por la casa Merci de Francia que le compra pufs tejidos y por Gervasoni de Italia, que le solicita objetos de diseño, además de vender sus colecciones a clientes en Francia, España, Italia, Austria, Suiza y Estados Unidos.

Este emprendedor y creador, un poco actor, un poco artista plástico, que tras andar por otros rumbos regresó hace una década a la tradición familiar vinculada a la industria textil, asegura que «Argentina tiene contenidos originales para venderle al mundo.