Preparar la lonchera de los niños no es simplemente proveerle alimentos para mitigar el hambre.
Por tal razón y a manera de orientar a los lectores de ¡Vivir! la nutricionista Aridia Vásquez explica cómo preparar la mejor merienda, a propósito del inicio del nuevo año escolar.
Según Vásquez, debemos dividir los alimentos por su color, sabor, forma y textura. En cuanto a los colores, aquellos que son brillantes y contrastantes como el rojo, amarillo, naranja y verde son los que más llaman la atención de los niños.
La merienda más nutritiva
Preparar la lonchera de los niños no es simplemente proveerle alimentos para mitigar el hambre. Es una tarea dirigida a satisfacer las necesidades nutricionales del niño y también una ocasión propicia para irle inculcando buenos hábitos de alimentación.
Y sobre la manera más ideal para elegir los alimentos de la merienda, la nutricionista Aridia Vásquez explica que debemos dividir los alimentos según su color, sabor, forma y textura. Por ejemplo, en cuanto a los colores, aquellos que son brillantes y contrastantes como el rojo, amarillo, naranja y verde son los que más llaman la atención de los niños. Estos puede incluirlos en la merienda con frutas y verduras en estos tonos.
En cuanto al sabor es bueno combinar alimentos dulces, salados o ácidos. Un buen ejemplo es un sándwich de queso bajo en grasa con mermeladas naturales. Los alimentos deben presentarse en una forma corta y atractiva, en rodajas, cubos, palitos y figuras como una carita feliz. En cuanto a la textura deben ser alimentos de consistencia crujiente, jugosa, seca o suave como las almendras y palomitas de maíz caseras, recomienda la especialista.
Considerando el cuidado que se debe tener para mantenerlos frescos en la lonchera, los padres también pueden incluir vegetales en la merienda, presentándolo de manera divertida y apetecible. A los niños les encantan los palitos de zanahorias bebés con queso crema para untar. Otra idea es apio con manzana y mayonesa, que de seguro les fascinará.
No exagere. Vásquez resalta la importancia de recordar que la merienda no debe ser exageradamente copiosa para evitar que los niños no tengan apetito a la hora del almuerzo. Lo ideal es que la merienda nos aporte el 10% de las kilocalorías totales que se deben ingerir al día. Lo normal es que esté comprendida entre 100-200 kilocalorías, todo dependerá del nivel de actividad, edad y del gasto calórico, explica Vásquez.
La merienda tampoco será la misma a medida que el niño vaya creciendo. Las deficiencias en su alimentación se harán visibles en su crecimiento y desarrollo, por lo que es importante ir adecuando las raciones de comida a la edad.
El gasto energético de un preescolar nunca será igual que el de un adolescente y por tanto su ingesta de calorías debe ser diferente, dice Vásquez.
Las claves
1. Merienda fácil
Los alimentos que agradan a los niños son generalmente alimentos que se pueden tomar con las manos y compartir con sus compañeritos como los cacahuates, palomitas de maíz caseras, queso en trozos, manzana en rebanadas, sandía en cubos, tomate rojo en trocitos o zanahorias bebé.
2. Alimentación con propósito
La merienda es especialmente importante en niños y adolescentes para cubrir el gasto energético ocasionado por el juego, actividades extra escolares, y facilitará un crecimiento y desarrollo óptimo.
3. Baja en calorías
Hay que procurar evitar alimentos hipercalóricos con bajo valor nutricional, como por ejemplo, los snacks salados y frutos secos en exceso. Trabajemos todos desde casa para prevenir la obesidad infantil. Los niños en plena actividad necesitan entre 2 y 3 mil calorías diarias. La merienda escolar no debe reemplazar el desayuno o almuerzo, sino que debe ser una fuente de energía adicional.