Desde antes de su llegada hasta su salida de la escuela Hermanas Mirabal en el Alto Manhattan, Nueva York, el presidente Danilo Medina fue objeto de protestas de parte de descendientes de haitianos, que le exigían que “les devuelva” su nacionalidad y le gritaban corrupto y charlatán. En tanto, otro grupo respaldaba su política migratoria, pero exigía otras cosas, como un muro fronterizo y le llamaba traidor.

No obstante, el mandatario no vio a ninguno de los bandos, apostados a una esquina del plantel, porque entró y salió por la puerta trasera.

Una nota expresa que el gobernante tampoco supo que la Policía tuvo que separar a los “equipos”, que intentaban enfrentarse. Medina llegó a las 4:40 de la tarde y según el texto, dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana le informaron lo que ocurría.
La Plataforma de los Movimientos Nacionalistas que dirige Ramfis Báez, demandaba al jefe de Estado mano más dura contra los haitianos, políticas eficaces contra la contaminación, y desautorizar las dos plantas de carbón en Punta Catalina, Baní.

Incluso, con un letrero demandaban la renuncia del Presidente, “por inepto y mentiroso”.

En tanto, los otros reclamantes rechazaban la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional y acusaban al Gobierno de racista y de “botar” a descendientes de haitianos.