Doña Sonia con la intrahistoria del DR-CAFTA

<p>Doña Sonia con la intrahistoria del DR-CAFTA</p>

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
De las pocas acciones, notablemente positivas que el presidente Mejía asumió en su incidentado mandato, fue designar a un valioso ser humano al frente de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y los países de América Central, de manera que las decisiones estuviesen dictadas por la honestidad, sin que hubiesen amagos de maniobras turbias para perjudicar al país en los objetivos que se perseguían con la apertura del mercado.

La valiosa experiencia de la que se nutrió Doña Sonia Guzmán de Hernández, la plasmó en un libro puesto en circulación días antes de la Navidad, y en momentos que se aprobaban a la carrera las legislaciones faltantes y necesarias para la apertura del mercado, y que como una retranca, permanecía paralizando las acciones para darle inicio formal al DR-CAFTA.

No hay dudas que el largo período de negociaciones confirmó lo acertado que fue el presidente Mejía en designar a una compueblana suya y muy conocida por él, ya que habían laborado juntos cuando el malogrado presidente Guzmán lo mantenía como su estrella del gabinete, ya que con su locuacidad había cautivado al país, y respaldado por un cuerpo de redactores, mayor a lo de cualquier diario de ese entonces, logró forjarse una imagen pública imbatible como lo demostró en mayo del 2000.

Las maniobras, llevadas a cabo para lograr lo que más convenía al país en ese Tratado de Libre Comercio, fueron muchas y de las más variadas naturalezas, en donde Estados Unidos, con el peso de su poderosa economía, derribaba muchas veces los esfuerzos que realizaban los demás países para proteger ciertas áreas de producción de sus limitadas economías, arropando ciertos productos intocables por el momento, para que no se vieran desplazados por similares norteamericanos de mayor calidad y mejores precios. Así se logró proteger por varios años ciertos productos agrícolas que el consumidor dominicano está obligado a consumir caros y de baja calidad, en especial en el área agropecuaria como es el caso del arroz. Por ineficiente se consume muy caro pero llegará el tiempo, para salvación del país, que las grandes extensiones de tierra bajo riego dedicadas al cultivo del cereal se destinarán a siembras más rentables y beneficiosas a la economía.

Doña Sonia y su equipo llevaron a cabo su ardua labor de negociación con gran independencia y responsabilidad, que no se ha valorado en su justa medida, ya que iniciándose el 2007 todavía hay incertidumbres en cuanto al inicio del tratado. Parecería que el tiempo para formalizar el inicio del DR-CAFTA ha sido alargado ex profeso por políticos que se sentirían más cómodos siguiendo el modelo neo populista de izquierda, que como un tsunami arropa a casi todos los países de América Latina y del Caribe.

Después de conocer el libro de la Intra historia del acuerdo DR-CAFTA se puede afirmar que Doña Sonia, con su valioso equipo de profesionales, estuvieron en el tiempo justo y el momento preciso que el país lo requería, ya que estuvieron protegidos casi siempre de influencias políticas, que no faltaron para hacer abortar las negociaciones, por la peculiar mentalidad de los políticos del partido de gobierno del primer cuatrienio del siglo XXI y de las barreras que el sector empresarial colocó para oponerse al mismo, debido a que los más ineficientes desaparecerán del mercado quedando solo los más productivos, que con sus productos, han logrado penetrar en ultramar en especial las bebidas, el café y el tabaco.

El DR-CAFTA carece de un respaldo político y empresarial sincero al máximo nivel. Existe una especie de conspiración del silencio que ya se quisiera que continuaran surgiendo objeciones de parte de Estados Unidos, o de los países de América Central, para que todavía se prolongara el atropello al consumidor local por parte de empresarios ineficientes que difícilmente se enfrentarían en un mercado libre a productos similares de otras naciones de producción más rentable y de mejor calidad.

La importancia del libro de Doña Sonia permite asimilar las lecciones de los esfuerzos que ella y su equipo llevaron a cabo en aras de lograr los mejores beneficios al país, cosa que se pasa por alto, ya que lo tradicional de la clase política es ignorar todo lo realizado por otras autoridades. No se estudian las recomendaciones y se ignoran los protocolos que se firman para entonces arrancar desde cero. Así se dilatan las acciones requeridas para que se implemente el acuerdo en la fecha prevista, pero que deliberadamente tal decisión se posterga. Cada vez aparecen nuevas fallas y omisiones que deben ser corregidas con miras a lograr que algún día en el presente año se logre dar inicio a un acuerdo que podría definir cuál será el destino empresarial del país como productor y para poner más esfuerzos en la consolidación del turismo y mejor captación de las remesas de la diáspora.

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