Una segunda declaración de nacimiento,  con los mismos padres, con la intención de corregir  errores en nombres de las actas de nacimiento, es una práctica a la que recurren muchos jóvenes.

Pero se encuentran con que la Junta Central Electoral (JCE) les anula las dos certificaciones de la oficialía civil y los obliga a iniciar un tortuoso proceso legal, para corregir la falsedad.

Casos como estos son frecuentes en el Departamento de Declaración tardía de la Fiscalía del Distrito Nacional, donde a diario se presentan decenas de dominicanos adultos que no pueden estudiar ni trabajar porque no fueron declarados en el tiempo que la ley lo contempla.

En brazo de su madre, los llantos de Esteward, de seis meses de edad, afligían a los visitantes a la Unidad de Declaración Tardía, a donde Eulalia Rossó Birche acudió en busca de la certificación con la opinión del Fiscal del Distrito Nacional, que le permitirá resolver el desacierto en su acta de nacimiento, además de que la declararon a los 18 años.

Entre la impaciencia que le ocasionaba el lloriqueo del bebé, que por hambre rebuscaba entre su pecho, la mujer de 23 años dijo que su problema comenzó cuando al obtener su declaración tardía descubrió que estaba diferente a los documentos de la escuela, ya que la profesora de la comunidad de Villarpando, en San Juan, le inscribió el apodo como si fuera su segundo nombre. Para corregir la falta,  debe agotar un proceso, que incluye varios tribunales.

Afirma que se vio precisada a resolver la situación de su acta de nacimiento para poder declarar a sus dos hijos y continuar los estudios, que debió cesar.