Doble reto para el PLD

Doble reto para el PLD

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se encuentra ante una difícil coyuntura. Por la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI) se obliga a reducir el déficit fiscal. Debido a que el país se encuentra cerca de unas elecciones, no debe aumentar la imagen de que es un partido de pésima gestión de la cosa pública. De frente, para su buena suerte, se enfrentará a un candidato que tiene esa misma imagen. Pero ese candidato, que es Hipólito Mejía, se montó en una ola de popularidad de la que únicamente sus propios errores pueden hacerlo descender. Por consiguiente, el futuro es tétrico para el PLD.

El FMI, organismo multilateral creado para supervisar políticas fiscales –lo cual incluye la administración monetaria-, no está en disposición de enfrentar otra quiebra de un Estado. Con la situación vivida por Grecia, Islandia  y Portugal, tiene suficiente. A los gobiernos de esos países europeos el FMI les ha exigido aumentar la presión tributaria y reducir el gasto público, sobre todo, el gasto corriente. En lo que se presenta en la República Dominicana como una decisión distinta, alejada de aquellas exigencias, aquí  recomienda el primero de ambos caminos. Y nada más. Pero lo que las autoridades nacionales exponen no es del todo la verdad.

Lo cierto, lo auténticamente cierto, es que se recomienda alcanzar el equilibrio fiscal. Para las autoridades nacionales, el aumento de la presión tributaria es arma dilecta. El Dr. Leonel Fernández aprovecha la presencia mediatizadora del FMI para derrotar a su partido en las próximas elecciones. Destruye por vía de un organismo internacional, los deseos del PLD de continuar al frente de la cosa pública y queda agazapado a la espera de los yerros de Mejía. Mejía, con todo, ha prometido a sus electores de partido y al resto del país, ser distinto del Mejía conocido.  A muchos ha dicho que la pasada experiencia gubernativa será base propulsora de una nueva administración.

Leonel, sin confesarlo ni a sus más íntimos, apuesta a lo contrario. Parte de un conocido proverbio: perro huevero… aunque le quemen el hocico. Para afianzar su objetivo ha sido cuidadoso. Ha liquidado a un contendor de Mejía, aliándolo a propósitos “altruistas” como aprobar un nuevo texto constitucional o leyes orgánicas aparentemente indispensables al futuro de la Nación. Ha señalado que en ningún instante mostró interés de apoyar a ninguno de los precandidatos a la presidencia, dentro del PLD. Aunque exhibía con ello una plausible neutralidad, el “a ningún” se refería a Danilo Medina, virtual candidato del PLD.

Ahora, a un año de los comicios, nueva tarifa para el suministro de energía eléctrica y proyectos de leyes tributarias. El esquema, si fue planeado, muestra inusual agudeza. Y ese cuadro no podrá ser remontado por el PLD, aunque quiera. El partido de Gobierno, por consiguiente, ha llegado a una encrucijada. Y engañados sus dirigentes por quienes afirman que el FMI impone un criterio, están confundidos frente al camino mejor.

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