Doce artistas comprometidos en ASR Contemporáneo

Doce artistas comprometidos en ASR Contemporáneo

Concordamos todos en que no solamente los museos y los centros culturales, sino también las galerías deben proponer, además de cuadros y tallas, expresiones mixtas, instalaciones, fotografías y video. Sin embargo, la selección ha de ser juiciosa y promocionar el arte contemporáneo, insistiendo en que es la creación de hoy, y no una versión extremista de las artes plásticas dominicanas. Hemos elogiado ya esta reafirmación de Arte San Ramón a través de ASR Contemporáneo, que es su continuación estructural.

La integración de la creación joven parte, por cierto de la arquitectura ejemplar de Aleshiang Ben Torres e Ysel Jáquez Simón, ¡que los visitantes siguen (ad)mirando en su índole particular! Esta etapa decisiva demandó, pues, un verdadero plan estratégico de exposiciones, la conquista de otros públicos, y que también la clientela tradicional se convierta a las expresiones de la actualidad ¿por qué no?

Conscientes de la situación, Susy Guzmán y Amanda, su hija, han confiado ASR Contemporáneo a una joven personalidad dominicana, a una académica consumada, con experiencia y éxitos en asuntos curatoriales y museografía, Paula Gómez Jorge. Desde el principio, ella celebró un conversatorio muy exitoso, lo reseñamos.

Ya ASR había elegido para su propuesta inicial una producción coherente y abierta, de esmerada factura, sin disonancias visuales ni hermetismo. La exposición de apertura, colectiva, presentaba grandes formatos pictóricos cuyos autores eran Rafael de Lemos, Juan Mayí, Manuel Montilla, Belkis Ramírez, Michel Bizet, Fernando Varela: allí la abstracción no geométrica dominaba. Sin embargo, quienes causaron sensación fueron los fotógrafos, con imágenes muy diferentes y denominadores comunes de excelente técnica y composición, de creatividad fina e innegable poesía. Nos referimos a Mary-Rosa Jiménez, Clara Martínez Thedy y Carlos Acero.

La entrada en funciones de Paula Gómez ha propiciado que, desde la primera muestra que ella organiza, “Cuestión de actitud”, el nivel, los atractivos, las sorpresas aun, viniendo de los expositores, testimonien la producción visual cimera de contemporáneos confirmados, sin evadir audacias razonables…

“Cuestión de actitud”. La exposición reúne a once artistas de avanzada, confirmados por sus itinerarios respectivos desde hace varios lustros y/o altos reconocimientos en certámenes nacionales, activando las fuerzas de cambio presentes en cada uno de ellos y en la plástica dominicana.

Ángel Urrely, con sus dibujos de acostumbrada pulcritud, propone una surrealidad muy personal, reflexionando sobre la muerte y la vida, ¡que siempre renace de la primera! La calavera gigante, recordando las antiguas “vanités, nos estremece.

Yoel Bordas, el más “nuevo”, ha hecho una revisión radical de su naturalismo paisajístico con mensajes. Hoy, él dibuja-pinta su cuestionamiento perturbador según mutaciones proliferantes y orgánicas.

Pascal Meccariello también nos ha sorprendido. De lectura aparentemente fácil, su iconografía exquisita de “medallones” y porcelanas chinas, con ejecución sobre papel de arroz, nos lleva a meditar sobre la fragilidad de la existencia, y mucho más… Las sillas criollas de Iliana García, hoy interpretadas fotográficamente, demuestran que el tema nunca se le agotará y nos sigue advirtiendo: ¡no se “sientan” tranquilos, que les asechan el agua, el fuego, o sea, todos los peligros!

Miguelina Rivera, como muchos escultores, es una magnífica dibujante. Su transferencia de la embarazada y las avecillas tiene una sutileza, una expresión, una soltura, que rivalizan aquí ventajosamente con la escultura de acero.

Fermín Ceballos, que ha demostrado su dominio tanto en abstractos como en figuras, amaestra de modo especial el autorretrato, ahora cruel como la actualidad. Es un Sísifo decapitado, que no podrá cargar más su piedra avasalladora. Y la mutilación, esmeradamente trabajada, es atroz.

Patricia Castillo (Patutus), con tanto talento y excesiva discreción, sobresale en el esplendor de su tridimensionalidad: grafismos en el espacio, ritmos cinéticos, ligereza y densidad a la vez. Su instalación en la terraza es una proeza de construcción, equilibrio e introspección.

Otra proeza, permanente, es la de Belkis Ramírez, que mantiene una fidelidad obsesiva a la base de su gráfica, la madera. Ahora, no solo presenta matrices esmeradamente talladas, sino que, en sus marchantas, aprisiona la tercera dimensión, ensambla y construye…

Ruddy Taveras, maravilloso hiperrealista de la luz y la transparencia, ciertamente puede cambiar sus modelos y mantener su perfección, pero su contemporaneidad triunfa… en el bodegón tradicional.

Mónica Ferreras es una experta de la geometría sensible y de un movimiento pluri-direccional según las obras. Ahora bien, por su diversidad en el dinamismo formal, nos impresiona ese tejido orgánico que proyecta nuestra complejidad interior.

En cuánto a Raquel Paiewonsky, generosamente representada, nunca deja de sorprender su volubilidad de la experimentación. Ella “pide” que nos acerquemos y valoremos sus “collages” intervenidos donde la imaginería popular, apropiada y metamorfoseada, alcanza un grado de sofisticación fascinante.

Y llegó Marcos López

En el contexto del mes de la fotografía y de Photoimagen, de una brillantez y una abundancia increíbles, Paula Gómez ha agregado una muestra fotográfica extraordinaria, que nos “atrapa”… desde que se recibe la invitación. Se trata del excelente fotógrafo argentino Marcos López.

Hace mucho que no habíamos (re)sentido así el impacto del “viejo” pop, revivido en estas tomas manipuladas (sic), saturando y abigarrando el color, colocando la gente en poses y posiciones inventadas, construyendo un ambiente a la medida… El mal gusto nos seduce hipnóticamente… aunque alcanza voluntariamente lo intolerable en ciertas imágenes, como el gaucho y la “chica”. Menos nos convence la intervención pictórica, ¿para qué? Ahora bien, con todos estos artificios y artefactos, ¡cómo él retrata la incalificable y contradictoria sociedad de hoy, sino la dificultad en ser feliz, hasta en las miradas! Una muestra para la memoria.

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