La semana pasada,previo a las elecciones, envié este artículo, que no pudo ser publicado por la cercanía de los comicios, pero que resumen el proceso que culminó con la debacle del PLD del 5 de julio.
Por fin, luego de un sinfín de peripecias, sobrepasando los problemas de la pandemia, los obstáculos y trampuliñas que han puesto quienes pretenden eternizarse en el poder como sanguijuelas, para seguir sangrando los recursos al Estado, llegamos al final de una campaña electoral “sui generis”, tendremos el domingo 5 de julio las tan esperadas elecciones presidenciales y congresuales, los que definirán los poderes públicos para el período 2020-2024 y probablemente los años subsiguientes.
Una serie de hechos han tenido la virtud de resquebrajar el poderío del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), forjado luego de destruir con malas artes a los otros grandes partidos; al PRSC, que lo ayudó a llegar al poder y al PRD, porque le entregó su dirección a un traidor sin base social, para configurar la “dictadura perfecta” que hemos padecido.
La verdad es que las estrategias de Danilo y su equipo han estado fallando en los últimos tiempos, acaso por lo atrevidas o por subvaluar la inteligencia de los dominicanos. Veamos:
- El escándalo de los sobornos de Odebrecht y Joao Santana, que trajeron las protestas masivas de la Marcha Verde,
- El intento de modificar la Constitución de la República para permitir una segunda reelección, que provocó el rechazo casi unánime de la ciudadanía.
- La compra de votos y cédulas en las primarias de octubre, que causó la división de su partido y el surgimiento de la Fuerza del Pueblo.
- El sabotaje de las elecciones automatizadas en los comicios municipales en febrero, que generaron las manifestaciones de multitudes en la Plaza de la Bandera.
- Las elecciones municipales de marzo, que ratificaron el carácter mayoritario del PRM.
- El uso de la pandemia en favor de su candidato Castillo con los recursos del estado, y la obvia manipulación de las cifras epidemiológicas.
- Los intentos de evitar que los dominicanos de la diáspora pudieran votar, que naufragaron ante la disposición de los gobiernos de aceptarlos.
- La vil acusación de implicar al PRM con élnarcotráfico, ante la abrumadora evidencia del PLD de estar involucrados en graves casos de ese género.
- Las más reputadas firmas encuestadoras con presencia en el país; Gallup Dominicana, Greenberg, Penn y Backwell, vaticinaron el triunfo de Abinader en primera vuelta al final de la campaña, que no se pueden tapar con un dedo.
- La amenaza apenas velada de crear conflictos en los colegios electorales para disfrazar sus intentos de compra de votos y cédulas, que está condenada al fracaso, pues los observadores y la ciudadanía están atentos a esa nueva patraña.
- Solo un milagro de los dioses, pueden evitar la victoria del PRM, pues será registrada por los observadores y las cámaras de los delegados.
- La Policía Militar Electoral están en el deber deintervenir ex oficio en caso de alteraciones en el orden y en la compra de votos“infraganti” como en cualquier delito electoral.
Definitivamente, nada evitará una pela de calzón quitado en los comicios del próximo día 5 de julio.