YEDDA, Arabia Saudí (AFP).- Cuatro policías y cinco empleados no norteamericanos murieron este lunes en el asalto al consulado estadounidense en Yedda por un comando presuntamente vinculado a Al Qaida, en el que también perdieron la vida tres asaltantes.

   Este ataque se produjo a pesar de la batalla sin cuartel que libran las autoridades saudíes contra los seguidores de Al Qaida, a los que responsabilizan de la ola de atentados que ha dejado un centenar de muertos desde mayo del 2003, entre ellos varios extranjeros.

   El presidente estadounidense, George W. Bush, afirmó que el ataque demuestra que los terroristas «siguen activos» y agradeció a las autoridades saudíes su respuesta. El gobierno saudí se ha comprometido a proseguir el combate contra el terrorismo.

   Cinco empleados no norteamericanos del consulado en Yedda (oeste) y tres asaltantes perecieron en el ataque y los enfrentamientos que prosiguieron durante tres horas. Un policía aseguró que cuatro guardias nacionales también murieron, aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente.

   La embajada de Estados Unidos en Riad y el consulado estadounidense en Dhahran (este) fueron cerrados por «medidas de precaución», según la portavoz de la embajada, Carol Kalin.

   «Un grupo de la «minoría descarriada» lanzó hacia las 11h00 (08h00 GMT) explosivos contra la puerta de entrada del consulado estadounidense en Yedda y después penetró en el recinto, indicó un portavoz del ministerio saudí de Interior en un comunicado publicado por la agencia SPA.

   Al inicio del ataque, testigos dijeron que habían oído explosiones y tiros.

   Un incendio se declaró en una parte del consulado, de donde salían columnas de humo.

   Las dos explosiones se produjeron simultáneamente y tres o cuatro personas armadas entraron en el consulado, dijeron los testigos. Las fuerzas de seguridad penetraron posteriormente en el consulado bajo una lluvia de tiros, mientras que los vehículos policiales y las ambulancias llegaban al lugar.

   Informaciones preliminares señalaron que se había producido una toma de rehenes en el consulado antes de la intervención de las fuerzas de seguridad, pero un policía lo desmintió.

   «Cinco no estadounidenses que trabajaban en el consulado perdieron la vida en el ataque», dijo un portavoz de la embajada que pidió el anonimato. Precisó que las víctimas son «extranjeros de otros países», dejando entrever que no se trata de saudíes.

   Dos empleados no norteamericanos resultaron heridos, según otra portavoz.

   Además, «tres asaltantes murieron y otros dos fueron heridos y detenidos», según el portavoz del ministerio saudí que atribuye el ataque a Al Qaida, señalando que se trata de la «minoría descarriada», en referencia a los miembros de la red de Osama Bin Laden.

   «La situación está bajo control» y se ha abierto una investigación, agregó, al anunciar que un comunicado más detallado sería publicado posteriormente.

   Todos los estadounidenses que trabajan en el consulado están sanos y salvos, según responsables estadounidenses en Washington y en Riad.

   El gabinete saudí, en un comunicado publicado después de la reunión semanal en la capital, condenó el «acto terrorista contra el consulado estadounidense y afirmó su determinación de combatir el terrorismo en todas sus formas y perseguir a los responsables».