Por Pamela A. Bigornia
Manila, 12 nov (EFE).- Al menos doce personas perdieron hoy la vida y otras 158 resultaron heridas al descarrilar un tren a unos 170 kilómetros al sur de Manila que transportaba cerca de 400 pasajeros.

La causa del suceso está todavía sin determinar, pero ya se culpa de la tragedia al robo de raíles del tendido y al exceso de velocidad.

El incidente ocurrió a las 3.30 hora local (19.30 GMT del jueves), todavía de noche, en una curva del tramo del ferrocarril junto a la localidad de Padre Burgos, en la provincia de Quezon.

El alcalde de Padre Burgos, Dominador Villena, declaró a EFE por teléfono que «la labor de rescate ha concluido» y señaló que los heridos fueron internados en ambulatorios de la capital provincial, Lucena, y la vecina Pagbilao.

Jane County Hospital en Pagbilao y el Centro Médico de Lucena y el Hospital General de Lucena atienden a las víctimas, según la Oficina Defensa Civil.

Entre las diez víctimas mortales hay dos niños, uno de ellos de un año de edad.

Siete pasajeros fallecieron en el mismo barranco de doce metros adonde se despeñaron los cuatro últimos vagones de los ocho de este convoy y las demás muertes ocurrieron en el hospital a causa de las fracturas y contusiones recibidas, de acuerdo con Defensa Civil.

El alcalde Villena opinó que, aunque todavía se investiga la causa, el descarrilamiento podría deberse al robo de parte de los raíles de la vía férrea para venderlos como chatarra.

Este metal se paga el kilo a cuatro pesos filipinos, unos siete centavos de dólar o cinco céntimos de euro.

Villena añadió que el exceso de velocidad también puede haber hecho descarrilar al tren, que se dirigía a Manila con al menos 380 pasajeros.

La curva de la que se salió este tren debía tomarse a una velocidad 20 kilómetros por hora, de acuerdo con Ferrocarriles Nacionales de Filipinas (PNR, en sus siglas en inglés).