Doctor Carl Theodore George

Doctor Carl Theodore George

UBI RIVAS
El doctor Carl Theodore George fue un notable médico de origen Prusiano que se radicó en el país, específicamente en San Pedro de Macorís en 1921, y realizó en el antiguo hospital al San Antonio una obra social y misantrópica memorable.

El 24-02-60, el entonces presidente de la República, generalísimo Héctor Bienvenido Trujillo, promulgó la ley 5309, publicada en la Gaceta Oficial 8451, en la que cambia el nombre del hospital San Antonio por el del eminente médico y consagrado filántropo, que ejerció la medicina como un apostolado similar al del doctor Albert Schwiezer en Lambarené, Gabón.

El doctor George pudo ejercer esa labor de misantropía sin cortapisas ni recelos, en una época peligrosa donde este instinto enano del hombre afloraba que casi se palpaba de lo denso que era, precisamente por ser su nacionalidad extranjera, donde el generalísimo Rafael Leonidas Trujillo no podía sospechar ningún sesgo ni político, ni mucho menos de captación proselitista, o de oposición para competir con su caudaloso alter ego.

Los macorisanos del mar, serie 23, con quien he conversado en más de cuatro décadas en relación a este singular personaje, concuerdan en que el doctor George se entregó a plenitud a su labor de rescatar la salud de cuantos acudieron a su consultorio, cobrando chilatas a veces, y la mayoría gratis.

En esos tiempos también ejerció la medicina filantrópica el doctor Antonio Záiter, primero en la avenida Mella, luego de Borojol y finalmente contiguo al hoy puente Juan Bosch, también llamado La Bicicleta, sin que despertara la ojeriza del generalísimo Trujillo, por la mansedumbre franciscana del doctor Záiter. Cobraba un peso por consulta y $50 por una operación de apendicitis.

Ahora resulta que por disposición inconstitucional, por demás ilegal y arbitraria, que no es posible consentir, el obispo Francisco Ozoria en contubernio con el sacerdote Christopher Hartley, han cambiado sin autorización condigna, el nombre del hospital en honor a la memoria preclara del doctor George y la restablecieron por su original nombre de hospital San Antonio.

Fue el conocido comunicador y jurista doctor José de Jesús Reyes, Chichí, el primero que entonó la clarinada denunciado el atropello histórico de referencia en carta al director de HOY del 05 del presente mes de enero, así como también en esa misma vía, el día diez, el presidente, secretario y tesorero de la Fundación Vicente Celestino Duarte de San José de Los Llanos, Brahny Alvarado, Jaime Vásquez y Eurípides Eusebio.

Esa comunicación también la dirigieron el honorable embajador de Alemania en nuestro país, Karl Kohler, y en ambas correspondencias enfatizan los méritos del doctor George y se oponen rotundamente a que su nombre sea cambiado por otro en el hospital doctor Carl Theodore George por el de San Antonio, en que han incurrido de manera prepotente y desautorizada por dos sacerdotes. Es de esperar que el activo titular de Salud Pública, doctor Bautista Rojas Gómez, el apreciadísimo Bauta, disponga de las providencias condignas para que el nombre del hospital doctor Carl Theodore George sea restablecido como debe ser.

Es posible que no sea de su propia cosecha, pero al primero que escuché decir que las cosas cuando están bien deben dejarse como están, fue al ex-presidente de la República y del Consejo de Estado dos, licenciado Rafael Filiberto Bonnelly Fondeur.

Apliquémonos en el caso de vertebra esta entrega, para repetir como propalaba con insistencia Martí: «Honrar, honra».

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