Doctor José de Jesús Brenes Ruiz

Doctor José de Jesús Brenes Ruiz

La calle que rinde homenaje a su memoria le fue asignada solo tomando en cuenta los servicios que ofreció durante la epidemia de viruelas de 1882. Pero él fue más que desinteresado y sensible médico. Descubrió la cura a enfermedades para las que no existían tratamientos, se compadeció de los pobres, improvisó en su hogar cátedras de medicina, fundó hospitales, realizó cirugías impresionantes, participó en la fundación de instituciones, como la Cruz Roja.

José de Jesús Brenes Ruiz, además, creó sociedades de socorro, fue pionero en el país en practicar autopsias y ganó fama por la medicación que empleó para librar del “Tracoma” a emigrantes árabes y salvar del tétano a miles de dominicanos: hojas de anamú y el panal de comején.

Recibió elevados grados en casi todas las logias nacionales: Cuna de América, La Esperanza, El Oasis, El Oriente, Quisqueya, Nuevo Mundo, Cristóbal Colón, Estrella Solitaria, Perfecta Armonía, La Fe, Flor del Ozama entre otras, distinguiéndose también como odfelo.

Su vida estuvo dedicada a la investigación científica, el estudio, la atención a los pobres, la enseñanza y la búsqueda constante de procedimientos y fórmulas de sanación.

De él no solo hablan con evidente orgullo su nieto Breno Rafael Brenes Guridi y su biznieto Huáscar Brenes, sino el copioso archivo con la historia familiar y profesional de tan insigne antepasado que heredaron de Rafael Andrés Brenes Pérez, hijo del médico, reconocido intelectual, escritor, poeta, padre de Breno.

Amarillentos, golpeados por los años, aparecen sus diplomas, nombramientos, reconocimientos, discípulos, pacientes desahuciados que curaron con sus originales recetas y los nombres de reputados galenos que fueron sus alumnos.

También se encuentran pergaminos de gratitud de miembros de sociedades benéficas y religiosas por las que canalizaba diversas ayudas, como la Junta de Caridad Pública, Amiga de los Pobres, Socorro, La Filantrópica, La Misericordiosa, La Franciscana, Jesús en la Peña, Unión Fraternal, Benéfica Española, Benéfica Francesa, La Altagracia, Amantes del Estudio, Hijos del Pueblo…

Brenes, quien certificó la autenticidad de los restos del Almirante, entonces en la Catedral Metropolitana, el 10 de septiembre de 1877, logró que los militares fueran sepultados en ataúd y no lanzados en fosas comunes, como era costumbre.

En el rico archivo se destacan los nombres de los ex presidentes Carlos F. Morales Languasco, Horacio Vásquez, Manuel María Gautier, Juan Isidro Jimenes, Ramón Cáceres, Ignacio González, Ulises Heureaux…, firmando nombramientos del doctor Brenes en plazas militares y hospitales públicos y haciendo reconocimiento a sus obras. A pesar de haber servido en un mandato de Lilís, “embarcó para Venezuela, bajo protección masónica, en un barco de guerra español, al canónigo Font”, perseguido por el dictador.

La descendencia conserva también fotos que son un tesoro porque no se localizan en archivos públicos ni figuran en libros.

Gran orador que dictaba conferencias sobre tétanos traumático, sus investigaciones y hallazgos, el doctor fue el iniciador de los exámenes ginecológicos y de los que se comenzaron a realizar en las harinas para la elaboración del pan, entre otros. “Su verbo viril y elocuente lo hizo digno tribuno”, además, “de las logias”.

Son numerosos los trabajos inéditos sobre él que conservan Breno y Huáscar Brenes. Se da cuenta de casos específicos de males con los nombres de pacientes sobrevivientes y tratamientos que aplicaba; de innumerables aciertos, como el de imponer que se hiciese autopsia “en los cadáveres de fallecidos repentinamente y que, por medio de disección, se hiciera investigación de las causas de muertes”.

El mejor legado.  El eminente facultativo nació el 24 de febrero de 1852, hijo de José Brenes Cuevas, restaurador, y Damiana Ruiz Pérez. Se graduó bachiller en Letras y bachiller en Ciencias. Matriculado en el curso de Medicina y Cirugía en el Seminario Conciliar de Santo Domingo, se recibió como Médico de Primera Clase, en 1874. Hizo sus primeras prácticas médicas dirigido por el afamado doctor Pedro A. Delgado. Posteriormente viajó a París.

Fue médico del Hospital Militar, Sanidad Marítima, del Matadero, de la Cárcel Pública, Jefe de Sanidad local, entre otros.

Casó con Asunción Pérez, madre de su hijo Rafael Andrés. Tuvo otra descendencia, que Breno y Huáscar Brenes no conocen, y de la cual es posible que haya también nietos y biznietos. Murió en Santo Domingo el 10 de abril de 1912.

Breno Brenes, que aparte de los testimonios y la documentación recibidos del abuelo conserva una pintura que refleja el supuesto enfrentamiento entre indios y españoles en el Santo Cerro, obsequio de una paciente curada por el doctor, recibió como legado de su ancestro la sensibilidad, manifiesta. “Mis sentimientos de camarada”, agrega, “porque con todas las relaciones que él tuvo pudo haber llegado donde hubiese querido y sin embargo, se dedicó a los pobres”, expresa el militante del Movimiento Popular Dominicano y constitucionalista de la guerra de 1965.

Huáscar, economista y empresario, admira la preocupación que tuvo su bisabuelo por dar una buena educación profesional y de hogar a su prole y la forma en que este ayudó al desarrollo del país y de la medicina, aún en el siglo XIX. Al igual que su padre es sensible ante el dolor y la pobreza y significa: “Nunca pienso en términos personales sino en el bien común y vivo convencido de que cuando al que ayudo le va bien, a mí me irá mejor”.

La calle

  Es el único tributo  rendido al eximio médico, científico, filántropo, maestro, pobre ante sus merecimientos, pero Breno Brenes, su nieto, heredero de sus archivos y de regalos que le hicieron pacientes agradecidos, considera que todavía es posible que la historia, la sociedad, reconozcan a su abuelo pese a que, agrega, “realizó su labor sin esperar recompensas”.

El 13 de noviembre de 1934 el  “Consejo Administrativo de Santo Domingo” emitió una resolución consignando que “la calle de los ensanches “Las Casas” y “27 de Febrero”, que se extiende de este a oeste desde la “Dr. Delgado” hasta la “Hilario Espertín” se llamará “Doctor Brenes”, en honor a los servicios prestados durante la epidemia de viruelas de 1882 por el Dr. José de Jesús Brenes Ruiz”.

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