Doctor Mariano Defilló Ricart

<P>Doctor Mariano Defilló Ricart</P>

El último acto formal del pasado año al que asistimos, fue a la octava entrega del Premio Nacional de Medicina, acto solemne celebrado en el Museo Científico de Historia Natural.

En esta oportunidad correspondió el alto honor a un distinguido miembro de esta profesión de galeno, el doctor Mariano Defilló. Cuando el Dr. Sergio Solís Taveras, presidente de la Premiación, se comunicó con nosotros para pedirnos que fuéramos conductores del acto, le preguntamos quiénes iban a ser reconocidos esa noche y al oír los nombres de grandes amigos y colegas a quienes admiro y distingo, no pude negarme.

El pasado año, habíamos recibido nosotros similar reconocimiento de parte de los organizadores de este evento médico, y fue otra de las razones por lo que asumimos ser anfitriones en esa noche de galardones y reconocimientos en vida, a una serie de distinguidos colegas, que en su existencia profesional y personal han sido ejemplos de dedicación y vida digna.

El Premio Nacional de la Medicina, fue otorgado este año al Dr. Mariano Arturo Defilló Ricart, quien es egresado de la rama de cardiología de la prestigiosa escuela de medicina canadiense, con más de 50 años de ejercicio profesional, y más de 33 años de actuación en el Hospital Infantil Robert Read Cabral, fundador de la residencia de cardiología. Quienes lo han tratado, coincidimos en considerarlo como un ser ¨excepcional¨, por su talento, su entrega, y sus condiciones de ser humano superior.

De su vida pudiéramos hacer un silogismo, partiendo de la definición de que este argumento consta de tres proposiciones: la mayor, la menor y las conclusiones. Señalamos esto, porque no nos atrevemos a si considerar como mayor al médico o al maestro, pero en algo que no tenemos ninguna duda es en la conclusión: dominicano brillante, médico excepcional, ejemplo para todos los que hemos decido abrazar esta profesión de Hipócrates.

Maestro de la medicina dominicana, tiene por igual la distinción de Ludatio Académico de nuestra prestigiosa Academia de Ciencias, reconocimiento como Inmortal del Deporte, Orden de Duarte, Sánchez y Mella, así como muchas otras. Es uno de nuestros hombres de ciencias más prolíficos en publicaciones científicas, y si fuera posible medir o contabilizar  las vidas salvadas, sería entonces demasiado extenso el currículo. En cuanto a la docencia tiene un acrisolado prestigio como tal, llegando a ser Decano de Medicina y Rector en la UNPHU , donde se ha desarrollado como docente, logrando ser Profesor Meritísimo.

Esa solmene noche, recibieron reconocimientos otros colegas de igual prestancia en nuestra carrera, fueron ellos los doctores: Antonio Selman Yeara, Salomón Melgen, Raúl Sánchez, Denis Martínez, Rómulo Medrano y Lino Romero.

Con la mayoría de estos prestigiosos galenos, me unen lazos que van mas allá de la fraternidad y quienes en el campo de la endocrinología, la oftalmología, la ginecología, la dermatología, la pediatría y la psiquiatría respectivamente, son todos  merecedores de una alta distinción, como la recibida esa noche de premiaciones.

Hacemos nuestras las palabras del doctor Solís Taveras al motivar el acto de esa noche: ¨Escudriñar el complejo de la estructura armónica humana a través del método científico de la observación, bajo un soporte técnico y teórico sin desperdicios, gracias al sacrificio del tiempo dedicado a leer páginas llenas de la miel del conocimiento, y así poder ejercer lo aprendido sobre las cicatrices abiertas del dolor o la inmisericorde tortura de la enfermedad, para poder llevar calma a los pacientes aquejados.¨

En verdad si vemos la esencia de la Medicina, es liberación y salud.

El reconocimiento a estos colegas, y el Premio de esta octava entrega al doctor Mariano Defilló, nos llenó de gran satisfacción, pues somos de los que sustentamos que honrar honra.

Tal vez no tenemos la inteligencia, la agudeza, ni la brillantez intelectual y humanística del doctor Defilló, pero nos sentimos muy regocijados pues en algo para nuestra honra coincidimos,  ambos somos Arturo.

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