Les salió el tiro por la culata!, diría cualquier persona del pueblo y «la censura se devolvió como un boomerang», expresó un viejo amigo al referirse al material televisivo censurado al PRM en dos importantes plantas televisoras del país por el supuesto carácter difamatorio de algunas de sus partes.
El PRM está de plácemes con el fenómeno que se originó, pues sin tener que pagar, ha obtenido una divulgación viral en los medios electrónicos de un material que no es más que un amasijo de elementos noticiosos divulgados y manoseados desde hace tiempo, es decir, noticias fiambres.
Los más incautos ponen en dudas la intervención del Estado en la censura que afectó la divulgación por Telesistema y Color Visión del referido material. Sin embargo, la denuncia previa del partido en el poder sobre una proyectada campaña sucia propició la medida.
En adición, al secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez se le zafó decir, antes de la fecha prevista para la presentación del documental, que ya habían desactivado la supuesta campaña sucia, poniendo en evidencia de manera anticipada lo que venía.
El candidato opositor, Luis Abinader, aprovechó la oportunidad que le brindó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) para, desde su seno, denunciar al mundo la censura de que fue objeto de parte del Gobierno, exonerando de responsabilidad, por estrategia, a los canales de T.V.
Al final, ganó el PRM, pero queda el sabor amargo de una censura previa, motivada por el poder omnímodo de un Estado que está jugando al absolutismo frente a la mirada indiferente de entidades de la sociedad civil que debieran protestar enérgicamente ante este tipo de acción.