Officials of Poland’s Catholic Church talk to reporters in Warsaw, Poland on Friday, September 27, 2013 about cases of pedophilia among Polish priests, two of whom are under investigation on allegations of sexual child abuse while serving in the Dominican Republic. Secretary of the Episcopate, Bishop Wojciech Polak, right,said that “sorry” was the least that was owed to the victims and that the church was taking steps, also in the Dominican Republic, to make amends. (AP Photo/Czarek Sokolowski)
Un nuevo documental sobre sacerdotes pedófilos sacudió profundamente a Polonia, que cuenta con una de las sociedades más católicas de Europa, y desencadenó una disculpa de la jerarquía eclesiástica y la renuncia de un sacerdote.
“No se lo cuentes a nadie», una cinta pagada a través del financiamiento en masas, fue lanzada en YouTube el sábado y ayer tenía más 8 millones vistas.
Después del estreno, el primado de Polonia agradeció a los creadores del documental, los hermanos Tomasz y Marek Sekielski, por su “valentía». “Pido disculpas por cada herida infligida por la gente de la Iglesia», dijo el arzobispo Wojciech Polak. El nuncio apostólico de Polonia, el arzobispo Salvatore Pennacchio, expresó su pesar en nombre de él y del papa Francisco. “El papa está muy preocupado y expresamos nuestro pesar y solidaridad», señaló.
Las reacciones entre otras personas de la iglesia polaca fueron variadas. Leszek Slawoj Glodz, arzobispo de Gdansk, dijo que tenía mejores cosas que hacer que ver el documental. Pero Jacek Prusak, un sacerdote jesuita, manifestó que la iglesia es el “hogar de una manada de lobos en alzacuellos». “El juicio de estos lobos en alzacuellos está llegando. De hecho, ya está sucediendo», agregó.
La mayoría de los polacos se identifican como católicos y el apego que tienen a la Iglesia es muy fuerte. Los polacos dan crédito a la Iglesia por mantener la cultura y el lenguaje vivos durante más de un siglo de mandato extranjero y de apoyar a la federación de Solidaridad. El fallecido papa polaco, san Juan Pablo II, es venerado como una autoridad moral y por su oposición al comunismo.
Sin embargo, como muchos otros países, Polonia se ha visto obligado a reconocer la pedofilia entre sus filas mientras las víctimas y activistas han roto tabúes al hacer públicas sus historias. En marzo, autoridades eclesiásticas habían registrado casos de 382 clérigos que abusaron 625 víctimas.