Documento solo vale por 3 meses

Documento solo vale por 3 meses

POR GERMAN MARTE
Las actas de nacimiento que se expiden en la Oficialía de Estado Civil de la Cuarta Circunscripción de la provincia Santo Domingo son “desechables como las jeringuillas”, pues a los tres meses ya no tienen validez, y si necesita el documento el interesado debe pagar de nuevo un impuesto de RD$80 que va a parar a cualquier lado, menos a las arcas del Estado.

Sin embargo, en ninguna parte del documento se consigna que caduca a los tres meses, aún cuando se trate de una acta certificada o inextensa, por cada una de las cuales hay que pagar hasta RD$180.

De hecho, este mecanismo se ha convertido en una forma de captar recursos, pero este dinero no va a parar al Estado, sino que es administrado por el encargado de la oficialía, en este caso Pedro Pablo Rodríguez. Este sistema es el mismo que se aplica en todas las oficialías de Estado Civil del país.

Fernando Morillo, un activista popular que ayer acudió a esta oficina en busca de un acta de nacimiento para uno de sus hijos, opinó  que esta medida trae como consecuencia que nunca terminen las filas en las oficialías.

“Esa es simplemente una forma de recaudar fondos. Son esos impuestos indirectos que la población no conoce”, expresó Morillo, quien también denunció las condiciones “inhumanas” de hacer las filas a la intemperie, y agregó que hay personas que van al lugar en la mañana y se van en la tarde, lo que motiva que mucha gente tenga que elegir entre perder un día haciendo filas o pagarle a un buscón.

“Yo entiendo que esto es una contradicción, totalmente, con la modernización del Estado, una modernización que el presidente de la República cacarea permanentemente, pero realmente las oficialías de Estado civil tienen la misma precariedad”, manifestó Morillo.

 A esta oficialía ubicada en la calle 17 casi esquina avenida Las Américas, del ensanche Ozama, como a las otras 13 que hay en lo que antes era el Distrito Nacional y que hoy es la provincia Santo Domingo, acuden cientos de personas en busca de actas de nacimiento, de matrimonio y de divorcio, así como declaraciones tardías y pese a que pagan por el servicio, se les trata como si estuvieran mendigando,  afirmaron ayer varias personas mientras hacían fila en busca de documentos.

Los quejosos coincidieron en señalar que el proceso es caro y lento, y que el lugar donde funciona la Oficialía no reúne las condiciones mínimas que debería tener una oficina de servicio al cliente.

“Aquí no hay ni siquiera un baño donde la gente orinar, y mire aquí viene mucha gente todos los días”, expresó un señor que según dijo, llevaba ya dos horas parado en una fila.

UNA LENTITUD QUE DA “VIDA”

Pero la ineficiencia de las oficialías de Estado Civil no incomoda a todos: los buscones están de pláceme con la situación, de aquí mantienen a sus familias.

De hecho, gracias a la lentitud del proceso, quienes por cualquier razón no pueden permanecer dos y tres horas haciendo filas no tienen otra alternativa que recurrir a los servicios de los denominados “tributarios” o buscones que por una suma adicional se encargan de buscarle cualquier documento a quienes lo requieran.

Cada uno consigue entre tres y cinco clientes por día, aunque a veces se van “en blanco”. De todos modos, son categóricos en desmentir que no tienen ningún tipo de conexión con los empleados y alegan que ellos simplemente se pasan el día en el lugar para servirle a quienes no tienen tiempo de hacer fila.

CON ENERGIA SOLAR

Dado la precariedad de espacio, los encargados de “La Cuarta” han colocado un viejo escritorio debajo de una frondosa mata de “jabilla” donde funciona el “departamento” de entrega de actas expedidas.

Y como si se tratara de un negocio ambulante o una tienda de nómadas, cuando llueve con lo único que cuenta el empleado responsable de entregar las actas es con una lona de plástico debajo de la cual se guarece y protege los documentos oficiales.

Trabajar debajo del árbol o la lona, sin embargo, tiene sus ventajas: hace menos calor que en el interior de la oficina y no se sufren las interrupciones energéticas, pues funciona con “energía solar” debido a que está a la intemperie.

Entretanto, las personas que acuden en busca del servicio no disponen de nada para protegerse de la lluvia.

MAQUNILLAS DEL 50 EN EL 2005

“El proceso es lento”, afirma la estudiante Aris Fabián, mientras hace fila en busca de un acta de nacimiento, la joven se queja porque tiene que pedir permiso en el trabajo o perder clases en la universidad para venir a esta oficialía a durar dos y tres horas en una fila.

Como esta joven, Merán Ureña y muchos otros usuarios se quejan por la lentitud del proceso. Entretanto, en el interior de la oficialía, los 26 empleados no dan abasto atendiendo a los que a ella acuden. Tres empleadas teclean a todo dar en sus viejas maquinillas, pues el proceso de modernización todavía no ha llegado a esta dependencia de la Junta Central Electoral, que maneja un presupuesto multimillonario y que el próximo año entregará a los partidos cientos de millones de pesos para que cubran sus gastos de campaña.

 “Desgraciadamente aquí todo sigue igual, como si el tiempo no hubiera pasado”, dijo una empleada que pidió reservas de su nombre.

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