Doi, mi amigo

Doi, mi amigo

Participó en la restauración de casas de la Ciudad Colonial desde 1966

1979, el huracán David azotaba las costas de la ciudad de Santo Domingo. Las olas batian, el viento ululaba y las hojas de los árboles ensombrecían el entorno.

La Ciudad Colonial recibía los más feroces zarpazos de viento arrancando de raíz los milenarios árboles del parque Colón y de cuantos jardines habían sido sembrados en las distintas plazoletas de la ciudad.

Y me cuenta la arquitecta Japonesa Capellán que todos los arquitectos conservadores se pusieron en alerta: A salvar nuestros árboles!, se dijeron.
Y allí estaban.

En el atrio de la iglesia de Las Mercedes cayó uno de los árboles más hermosos de la ciudad y rápidamente buscaron las herramientas necesarias para ponerle un apoyo que soportara su tronco y sus ramas.

Y allí estaba también Doi, el arquitecto conservador de la ciudad, el que había participado con el ingeniero Moncito Báez en los trabajos de restauración de las casas de la Ciudad Colonial desde 1966 junto a otros arquitectos.

En mi paso por el Viceministerio de Cultura lo traté como mi consejero del Patrimonio.
Lo tomó muy a pecho. Asistía todos los días en horario puntual, aportaba con su sapiencia por las mejores soluciones que pudieran preservar la ciudad para las futuras generaciones.
Redactó el Plan de ordenamiento de Santiago y tantas otras iniciativas.
Siempre caballeroso, desinteresado, amable y honrado.

Vivió en solitario, con sus cátedras, sus estudiantes, con sus libros, sus sobrinos, y sus amigos, quienes le quisimos entrañablemente.

El arquitecto Doi Gautier redactó el Plan de ordenamiento de Santiago y tantas otras iniciativas.

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